La empresaria Sada Goray y el periodista Mauricio Fernandini fueron detenidos por haber caído en contradicciones que complicaron sus situaciones. El juzgado que evaluó las incongruencias y nueva información consideró que si seguían libres había riesgos de impunidad por afectar la investigación de la Fiscalía.
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Ambos fueron trasladados ayer a otro espacio de la dependencia policial en que pernoctaron. Consultado por los reporteros, Fernandini adujo que estaba bien y Goray solo dejó ver una sonrisa nerviosa, algo confusa.
La madre de la empresaria, Violeta Chong, llegó a dejarle víveres. En diálogo con los periodistas, adujo que su caso es una cortina de humo para ocultar otros hechos. “No le ha robado al país un solo centavo. Esto es arbitrario, supongo que será una cortina de humo para algo más grande que va a salir”, dijo.
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“Ella se ha presentado a la Justicia, ella va a colaborar. Mi hija ha tomado una actuación muy pasiva porque es una luchadora por los pobres”, alegó.
Goray fue detenida porque la Fiscalía recibió testimonios e información adicional que le hizo considerar que ella fue parte de una organización criminal, lo que implica mayor pena. La empresaria volvió al Perú, desde Estados Unidos, sin conocer esa nueva imputación y buscando asegurar su condición de colaboradora eficaz. Al enfrentar una imputación de delito con sanción mayor, sin embargo, se reforzó la posibilidad de un pedido de detención preliminar.
El juez Raúl Justiniano concluyó que se justificaba el pedido de los fiscales para detener a la empresaria, quien ya estaba residiendo en el extranjero.
Fernandini fue detenido porque recientemente transfirió cuatro inmuebles a su hermana, Ana María Fernandini, en donación. Los predios están en Chiclayo, Lambayeque y uno en el distrito de Miraflores, en Lima. En el contrato de donación se puso una cláusula que obliga a la hermana “a no vender, transferir ni hipotecar el bien donado que será solo para uso” y que “en caso de fallecimiento de la donataria, se dará la reversión de la donación”. Es decir, volvería a ser del comunicador.
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La Fiscalía y el juzgado tomaron esto como que Fernandini, conocedor de estar en una situación más grave de la que había reconocido, buscaba evitar que la Justicia incaute sus bienes y podía estar alistando una fuga.
El comunicador había declarado a la Fiscalía que solo alquiló su departamento a Goray. Ella lo contradijo al manifestar que le dio 80.000 dólares por ser intermediario en sus tratos con altos funcionarios del Gobierno de Pedro Castillo. Además, la Fiscalía detectó que Fernandini compró un departamento y un carro en diciembre y abril últimos. El inmueble costó 160.000 dólares y dio un cheque de 80.000 dólares. El monto coincide con la declaración de Goray.
Fernandini pasó a su hermana 4 inmuebles en donación. Esto alertó a la Fiscalía sobre su situación.