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Política

Pilar Mazzetti: “En Chile la variante ya está y la vamos a tener acá, yo creo”

Entrevista a la ministra de Salud, quien pide estar alerta ante la llegada de una posible segunda ola. Además, asegura que en las semanas siguientes habrá novedades sobre los acuerdos para adquirir vacunas contra la COVID-19.

La ministra de Salud, Pilar Mazzetti, recibió a La República. En la siguiente entrevista responde sobre el estado de las negociaciones de la vacuna, sobre la temida segunda ola. Asegura que en el Minsa hay mucha preocupación por lo que se pueda ver en el mes de enero.

Usted está siendo muy resistida. Formó parte del gobierno de Martín Vizcarra que no pudo concretar un acuerdo para la obtención de la vacuna. Sigue en el Minsa y se le señala, no como única responsable de lo ocurrido, pero sí como parte del grupo de funcionarios al cual le atañe responsabilidad en esta historia. ¿Le parece justa o injusta la crítica?

La principal responsabilidad de un funcionario es tomar la mejor decisión para proteger a los ciudadanos. Si bien es cierto por asuntos de confidencialidad hay cosas que no podemos decir directamente, sí tenga la plena certeza de que estamos trabajando de la mejor manera. Las decisiones no son fáciles. El marco jurídico que se tiene que manejar es complejo. El Minsa trabaja en el aspecto técnico, las características de la vacuna, su implementación. Recuerde que el componente de acuerdos, de negociaciones es complejo, que implica aspectos, inclusive, de la soberanía del Perú.

Entiendo lo difícil que deben ser las negociaciones, sin embargo, hay países que ya tienen la vacuna. Sabe cuáles son…

Por supuesto.

¿No asume ninguna responsabilidad en esta demora?

Creo que la principal responsabilidad es tomar la mejor decisión. Nos podemos demorar un poco más, poco menos, pero los resultados finales van a demostrar que estamos haciendo lo mejor para proteger a la ciudadanía. Otros países han tomado decisiones más rápido y no tenemos cómo saber en qué posición se colocaron en cuanto a riesgo o cosas por el estilo.

Es un tema vital. La gente muere. ¿No se pudo haber hecho mejor?

Lo importante es hacer lo mejor para proteger a la gente. Cuando nos vacunemos nos vamos a proteger de las formas graves de la enfermedad aunque no va a significar que vamos a dejar de usar la mascarilla ni practicar la distancia física. Hay que encontrar un equilibrio entre seguir reforzando el primer nivel de atención y usar la vacuna para proteger a la parte más débil de la población, como los adultos mayores.

Foto: Presidencia

Ha dicho que con el laboratorio Pfizer se negoció y en algún momento surgieron aspectos no previstos. ¿Cuáles?

Con Pfizer ya estábamos para la firma del contrato y en la última versión que nos enviaron había aspectos adicionales que había que analizar. El Perú ha elaborado documentación que permite renunciar a ciertos componentes de la inmunidad soberana. Es usual en una negociación que los países se pongan de acuerdo en dónde se hace un arbitraje si hay diferencias. Pero hay otros aspectos de la inmunidad soberana que tienen que ver con la ejecución y que pueden comprometernos durante varias generaciones y debemos tenerlos en cuenta. No podría decir más que eso…

Para entenderla, ¿teníamos un contrato casi por firmar con Pfizer pero no se hizo por un asunto de soberanía?

Se puso una cláusula en la última versión que nos enviaron que especificaba aspectos vinculados con nuestra soberanía.

¿De qué fecha estamos hablando?

Esto viene prácticamente de principios de este mes, diciembre.

Es decir, en diciembre estábamos a punto de cerrar con Pfizer. ¿Por cuántas vacunas?

Las cantidades no se pueden decir. Tampoco se puede mencionar el precio ni, con certeza, la fecha de entrega. Algunas empresas te dicen que para el primer trimestre, para el segundo, y lo que hemos visto a lo largo de las negociaciones es que las empresas no están pudiendo cumplir con todo lo que ofrecen.

Personal médico administra la vacuna Pfizer / BioNTech contra el nuevo coronavirus COVID-19. Foto: AFP

Las negociaciones con Pfizer siguen, entiendo.

Hemos hecho una serie de contrapropuestas. Estamos haciendo una negociación con el apoyo de los equipos jurídicos de cada uno de los ministerios.

El viceministro Suárez dijo que se avanzó mucho con tres farmacéuticas y esperan cerrar acuerdos pronto. No dijo cuáles. ¿Se puede saber cuáles son?

Me temo que no, porque eso también es parte de lo que puede generar repercusiones para las mismas empresas. De acuerdo a quién cierra o no un convenio, después hay problemas con sus acciones y demás.

¿Cuándo se cerrarán los acuerdos?

Creo que en las semanas que vienen vamos a tener noticias sobre estos acuerdos.

¿Semanas o meses?

Esperamos que para las primeras semanas de enero tengamos alguna respuesta para estas propuestas que hemos hecho.

De haber novedades en enero, ¿cuándo empezaría el proceso de vacunación?

Ya estamos preparados para ese proceso. Hemos tenido una primera reunión con las regiones, gobernadores y directores regionales de salud y también hemos conversado con los coordinadores de inmunizaciones. La Dirección Nacional de Inmunizaciones ha armado el plan nacional de vacunación y las regiones tienen sus propios planes. Tenemos 47 congeladores a -20 grados. Si la vacuna llegara, por decir, en la quincena de enero, nos tomaría una semana repartirla a los diferentes lugares del país.

Si hay noticias en enero, como me ha dicho, eso no significa que las vacunas llegarán ese mes.

Por supuesto. Eso depende de la programación de quienes nos ofrezcan las vacunas.

¿Cuál sería el escenario más optimista?

No soy optimista, soy práctica, recuerde. Lo que todos quisiéramos es vacunar en el primer trimestre a todas las personas que se encuentran en más riesgo: el personal de salud y luego las personas mayores.

Las vacunas tienen características diferentes para su conservación, ¿preocupa eso?

Eso no es tan preocupante. La mayor parte de las vacunas se trabajan en almacenamiento a -20 grados y en 2 a 8 grados en distribución. La vacuna de Pfizer es la que se trabaja a -70. Afortunadamente en el Perú tenemos 10 ultra-congeladores a -70 y a través de la Organización Panamericana de la Salud estamos adquiriendo dos más. Lo hacemos por precaución porque el sistema de esa vacuna ya viene con un dispositivo que la mantiene hasta por 15 días. El compromiso de esta empresa (Pfizer) sería que ellos entregan la vacuna en el punto de vacunación.

En los datos recientes del Financial Times, el Perú aparece a la cabeza del subregistro de muertes por cada millón de habitantes. Esta brecha ya es conocida. Estando por acabarse el año, ¿no deberíamos tener mayores certezas de cuántos peruanos han muerto más allá de lo que dicen las cifras oficiales? Hubo un sinceramiento de cifras que usted misma presentó el 22 de julio. No hubo más. ¿Qué ocurrió?

Eso no es correcto. Estamos haciendo una verificación constante. En todos los países del mundo está quedando una cantidad de fallecidos que no se puede determinar en plena pandemia. Internacionalmente reportamos los fallecidos con pruebas y los sintomáticos con pruebas. No reportamos a nivel internacional a quienes tienen un cuadro clínico compatible pero no tienen prueba, o a quienes fallecen y dice Covid en algún lugar (de su historia clínica). Siempre quedará una cifra que no se podrá aclarar. Por ejemplo, en esa reunión de Los Olivos donde un grupo de 13 personas falleció por aplastamiento, 11 tenían prueba positiva. Figuran en el registro del Sinadef aunque no fallecieron por Covid. En los brotes epidémicos lo que se hace es una verificación de los fallecidos una vez que todo termina. Es un proceso que demora un par de años.

¿Va a volver a presentar un sinceramiento? La cifra oficial hasta ahora, martes al mediodía, es de 37,525 fallecidos.

No es necesario, estamos haciendo el sinceramiento todos los días. Si se fija en la sala situacional, tenemos 3 registros: confirmados, sospechosos y Sinadef. Hay 37 mil (fallecidos) que tienen prueba, que son los que registramos a nivel mundial oficialmente. En el grupo de sospechosos, hay unas veintitantas mil personas cuyos casos se comprobaron solo clínicamente, porque no hay prueba…

Pilar Mazzetti fue designada ministra de Salud en julio de este año durante el gobierno de Martín Vizcarra Foto: Presidencia

En el peor escenario, ¿cuántos decesos serían por Covid?

Por lo menos 50 mil que están relacionados con Covid, de los cuales 37 mil tienen prueba.

Entonces la cifra de fallecidos que presentan a diario es engañosa.

No me parece que sea una cifra engañosa. Todos los países presentamos exactamente lo mismo. Y en la sala situacional presentamos a los confirmados, a los sospechosos…

Ayer se reportaron 37,525 fallecidos pero, como usted me dice, deben ser más.

Desde el momento en que empezó la gente a dudar, hemos dicho claramente que hay sospechosos que no vamos a poder confirmar. Es más, en todos los países del mundo se considera que los fallecidos son el doble de la cifra oficial.

A lo que voy es que esa cifra de 37,525, la oficial hasta hoy al mediodía, está lejana de la realidad, como usted misma reconoce.

Es lo que pensamos, que está lejana de la realidad, igual que en el resto del mundo. Todo el mundo presenta la cifra con PCR o pruebas rápidas.

¿A quién hay que creerle? ¿Al Minsa o a las Diresas? Usted ha dicho que la razón de la diferencia entre los números de contagios de las regiones y del Ministerio es que ustedes solo contabilizan los casos sintomáticos. ¿Eso no es producto de utilizar más pruebas serológicas?

No necesariamente. Las regiones buscan demostrar su trabajo. Lo que les hemos pedido es que en sus reportes pongan la cifra total y luego los positivos con síntomas y los positivos sin síntomas. En todos los países del mundo lo que se maneja son los sintomáticos.

¿A quién le creo, doctora?

A los dos nos tiene que creer. Es el trabajo de ellos.

La diferencia es enorme.

No. Lo que vale para el reporte es el valor del Minsa. El valor importante es el valor de reporte. El otro valor es del trabajo de las Diresas. Me parece importante que figure, pero sí les hemos pedido que diferencien porque, si no, la gente se desconcierta.

¿Ya se puede confirmar una segunda ola o es muy pronto?

Diría que tenemos que estar muy alertas. Si se miran las cifras de otros países, uno ve cómo el número de casos sube. Nosotros lo que estamos teniendo son más personas que enferman yendo a UCI. Pensamos que está cambiando la pandemia en el país, que estamos teniendo un problema de ruralización en el norte, muy importante. Los equipos que viajaron estas dos últimas semanas al norte, al ver el aumento de las cifras revisaron las historias clínicas y encontraron que eran personas que venían de la zona rural, donde no hay acceso al sistema de salud. Solo cuando tienen muchas molestias llegan a los establecimientos y de frente pasan a las UCI. Eso nos ha hecho ver la gran importancia del primer nivel de atención. ¿Qué hemos hecho? Se han comprado como 5 mil balones de oxígeno que han sido repartidos a las postas y centros de salud. También hemos conseguido medio millón de oxímetros. Y hemos hecho un aplicativo para que la gente ubique su establecimiento más cercano a su domicilio.

Pilar Mazzetti: “En Chile la variante ya está y la vamos a tener acá, yo creo”

¿Pero en el Minsa consideran que es inminente esta segunda ola?

Nos preocupa mucho qué va a pasar en enero, por esto que estamos viendo. No son los indicadores clásicos. Pero si recordamos bien, la pandemia no se ha comportado muy clásicamente en el Perú. Segundo, nos preocupan las fiestas. Navidad ha pasado más o menos, pero año nuevo es un peligro real. Y el otro peligro real que va a venir en las dos primeras semanas de enero corresponde a las últimas manifestaciones que hemos tenido. Cuando la gente de Lima salió a las calles (en noviembre) hicimos un seguimiento distrito por distrito y no vimos en los quince días siguientes un incremento (de contagios), sin embargo en las manifestaciones recientes…

¿Por el tema agrario?

Así es. Ahí el comportamiento ha sido muy diferente. En Lima, la gente joven tuvo mucho cuidado y a pesar del gas y todo usaron sus mascarillas, pero cuando hemos visto estas otras manifestaciones el comportamiento ha sido distinto y estamos muy preocupados. Eso, más las fiestas de fin de año, pueden generar un cambio de comportamiento (de la pandemia) en un momento en que el clima nos favorecería…

Por el verano.

Por el verano. En principio el clima debería favorecernos, pero estamos viendo cosas de comportamiento que son diferentes y todos tenemos que estar muy alerta.

¿No se pudo haber hecho un toque de queda más estricto para año nuevo?

Lo que se ha hecho es extremar algunas de las medidas, pero, ustedes saben, la gente joven de todas maneras, con toque de queda o sin él, se junta en las casas. Es irreal.

¿Fue un error abrir centros comerciales, incentivar el consumo para Navidad?

Cuando hemos visto imágenes de algunos centros comerciales que se han abarrotado -y hay que ser realistas, se han abarrotado- inmediatamente hemos activado un seguimiento distrital. Hasta ahora no notamos (un incremento). Que es un riesgo, es un riesgo. Y por eso le digo: enero. En enero, vamos a saber.

Claro, hay que esperar unas dos semanas aún.

Lo mínimo son dos semanas.

Estamos en el periodo de ventana.

Exacto. Enero va a ser el momento en el que vamos a tener una idea.

¿Qué tanto hay que preocuparse por la variación británica del virus?

Hay que preocuparse, y bastante. Hasta el momento sabemos que contagia más rápido. Segundo, nuestro sistema de salud tiene debilidades que arrastra hace mucho tiempo. Tercero, parte de nuestro personal de salud no está trabajando por asuntos vinculados con la edad, las comorbilidades.

¿Cuánto personal está fuera de combate?

Alrededor de un 40% de nuestro personal no está trabajando de manera presencial y eso significa que el resto asume toda esa carga y, evidentemente, hay fatiga y depresión porque hemos perdido a muchos colegas. Es importante tener en cuenta que lo ideal es contener en el primer nivel para que la gente no enferme de una manera tan marcada.

No hay hasta ahora ningún caso confirmado de contagio con la variante del virus, ¿cierto?

En el país, no. En Chile ya está y la vamos a tener acá, yo creo. En estos momentos tenemos 40 sitios que reportan mutaciones. Somos parte de la red de vigilancia genética del coronavirus. Hemos reportado ya 17 mutaciones inofensivas, que no ocasionan mayor cosa. Se está haciendo seguimiento de personas. Todo el que llega tiene que hacerlo con su prueba molecular. Segundo, tiene que llevar una declaración jurada y con ella es que se hace ese seguimiento.

Hay regiones que reportan bajo stock de pruebas moleculares y de antígenos. Un caso es Arequipa. ¿Cómo se hará detección en estos momentos, con una eventual segunda ola y una variante más contagiosa del virus?

Tenemos distribuidas alrededor de 50 mil pruebas moleculares en el país, eso es poco para algunas regiones como Arequipa. Y están llegando 850 mil pruebas antigénicas en la primera semana de enero. En la última guía que sacamos recordamos que lo más importante es la parte clínica. Por ejemplo, una radiografía con vidrio esmerilado es Covid, aunque no haya prueba de por medio. O el solo hecho de fiebre o dolor de garganta es diagnóstico de sospecha de Covid y debe ser manejado como tal.

Ha dicho que la ivermectina no es un medicamento que el Minsa recomiende como tratamiento general contra la Covid-19, ni de uso preventivo. ¿Qué piensa de los medios de comunicación que la han promocionado como una solución?

Difundir ivermectina u otros medicamentos para uso libre no es correcto. La automedicación es tremendamente dañina en este caso. Segundo, la ivermectina es un producto de uso médico y tiene que tener una prescripción de por medio. Se utiliza con receta, para ciertos parásitos. Se empleó en una época como sugerencia por la posibilidad de que pudiera ayudar contra la Covid, pero la gran mayoría de las evidencias mundiales no están a favor de eso. Si cambia en el futuro, si hay evidencias suficientes para la ivermectina, se cambiarán las guías. Mientras tanto, el ministerio no la recomienda.

Causó comentarios que dijera que es traición a la patria que los médicos del Estado con licencia atiendan en clínicas. ¿De cuántos hablamos?

No, no le podría decir porque eso se trabaja en cada una de las regiones. Sí hay que recordar que los médicos y el personal de salud están trabajando durísimo en condiciones muy difíciles y muchos de ellos han muerto. Hay doscientos y pico de médicos que han fallecido. Yo misma me recibido llamadas telefónicas de situaciones terribles, de un colega de Puno que ha tenido que entubar a su esposa a las tres de la mañana y luego a él mismo lo han tenido que entubar a las seis. Por eso, los que trabajan duro, los que están ahí, son héroes de la patria. Frente a eso, tenemos a unas personas que, aprovechándose de las circunstancias, presentan una justificación para no trabajar en el establecimiento y se van a otra parte. No serán la gran mayoría, pero son algunos. Y yo sí creo que esas personas están yendo en contra de nosotros mismos. Los médicos hacemos el máximo sacrificio, incluida la vida, y me parece muy injusto que algunos tomen actitudes de ese tipo para tener ganancias personales. Sí creo que tienen que ser evaluados y las oficinas de control interno tomarán las medidas.

¿Es cierto que en algún momento pensó en renunciar?

Es una pregunta complicada. Este trabajo no es fácil. Implica estar las 24 horas del día para cualquier circunstancia. Me gustan los retos y este es uno tremendo y acá seguiré mientras el presidente de la República tenga confianza. Lo que sí espero es que nadie se olvide del sistema de salud cuando esto termine. Mi gran terror es que cuando acabe la pandemia todos se olviden, que ya no faciliten presupuesto, que se demoren nuestros pagos, que tengamos todo el tiempo sistemas de inversión que terminan en hospitales con ocho o diez años sin haber funcionado.

¿Tiene alguna autocrítica que hacerse?

En primer lugar, ser capaz de ejecutar las cosas que decimos con mayor rapidez. Lo segundo, yo siempre he creído más en el primer nivel de atención y es tan difícil mover todo para reforzarlo con el marco normativo que tenemos. Mire cuántos meses tomó tener los balones, los oxímetros, la georreferenciación. Me hubiese gustado la capacidad de mover al sistema más rápido.

Mazzetti fue ministra de Salud durante el Gobierno de Martín Vizcarra y volvió a ocupar el cargo el último 18 de noviembre. Foto: la República

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