La Fiscalía Anticorrupción de la región Madre de Dios y la División de Investigación de delitos de Alta Complejidad (Diviac) lograron desarticular a la banda criminal Los hostiles de la Amazonía, acusados por traficar madera en dicha zona del país, tras una investigación que se extendió por tres años.
Los miembros de esta organización se encontraban enquistados en las oficinas del gobierno regional, la Sunat, la Fiscalía y la Policía Nacional, y gracias a las escuchas telefónicas legales correspondientes, se logró la captura de cuatro de ellos. Sin embargo, una polémica decisión de un juzgado en Madre de Dios les devolvió la libertad.
Según Cuarto Poder, el modus operandi de esta agrupación delictiva implicaba una serie de pagos a través de dinero, licores y muebles a cambio de autorizar el contrabando de madera, lo que se pudo descubrir a través de la interceptación legal de las conversaciones telefónicas y un meticuloso trabajo de la Diviac.
En total, siete policías, doce funcionarios de la Gerencia de Flora y Fauna Silvestre de Madre de Dios, dos fiscales y un trabajador de Sunat coordinaban el pase de los cargamentos sin los controles respectivos en la carretera Interoceánica o los liberaban cuando eran incautados en los operativos. Todo a cambio de recompensas.
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Los agentes de la Diviac dieron con quien sería la cabecilla del grupo: Edith Huaricancha Arenas, alias ‘Yayita'. A ella se le oye en un diálogo con Frank Natividad -cuya tarea era la de coordinar los sobornos a los funcionarios- donde discuten sobre la entrega de un juego de muebles para Zoila Rodulfo Castillo, de la fiscalía especializada en Materia Ambiental.
A Rodulfo se le “recompensó” por liberar un camión con carga ilegal y le fueron otorgados los muebles en una tienda a nombre de Olga Añamuro, una de las contrabandistas de la banda criminal y que actualmente se encuentra prófuga.
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Gracias a esta y otras evidencias, los efectivos de la Diviac detuvieron a Huaricancha, Rodulfo y a Nelly Collque Valdivia, de la fiscalía provincial de Tambopata, además del comandante PNP Hugo Florián, jefe de la división de Medio Ambiente.
Todos fueron posteriormente liberados por el juez Paul Campos, del juzgado superior de investigación preparatoria de la corte de Madre de Dios, hecho que dificulta aún más la labor de la Diviac y los fiscales anticorrupción para afrontar el negocio de la tala ilegal en la Amazonía, que deja casi 300 millones en pérdidas al año.
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