La reducción del PBI chino en 1% hace que nuestro PBI también caiga 1%: al reducirse su demanda por cobre cae su precio.,En el Perú de los últimos 25 años se ha privilegiado el crecimiento económico, al punto de decir que ya el país había despegado y que nuestro itinerario de vuelo sería siempre ascendente. Éramos los jaguares de América. Pero sucede que han perdido altura las tasas de crecimiento del PBI de 6.23% anual promedio del 2003-2013 y fueron 3.02% del 2014 al 2017. ¿Y esto por qué? Porque cayeron los precios de las materias primas (MP), que son el 65 a 70% de nuestras exportaciones totales. El MEF comenzó a buscar explicaciones. Esta es una: “Perú es una economía pequeña, abierta y exportadora de MP por lo que está expuesta a cambios en el entorno internacional. De hecho, el 55% de la variabilidad del crecimiento en los últimos 20 años ha estado vinculado a la demanda mundial (10%), a los cambios en los precios de exportación (25%), a los costos de financiamiento externos (15%) y las primas por riesgo (5%). Los periodos de alto (bajo) crecimiento de la economía se asocian con un entorno internacional favorable (adverso)”1. Muy claro: cuando hay viento de cola, crecemos. Cuando viene en contra nos frenamos. Aquí podría comenzar una larga discusión acerca del rol de las políticas económicas de los últimos 25 años: ¿qué tan determinante ha sido su papel? Y también hacer análisis comparativos: ¿cómo les fue a los que aplicaron políticas económicas distintas, pero que también son dependientes de la exportación de MP y que también tuvieron un fuerte viento de cola? La respuesta: crecieron y se frenaron de acuerdo al sentido del viento. Aquí entra un fenómeno que afecta a casi toda la región, pero a unos más que a otros: la enorme dependencia de China. El Banco Mundial publicó a fines del 2015 un informe donde afirma, después de sesudos cálculos econométricos, que una reducción de 1% del PBI chino hacía que Latinoamérica y el Caribe (LAC) pierda 0.6% de su PBI al final del primer año (ver gráfico). O sea que vamos amarraditos los dos. Así, la reducción del PBI chino en 1% hace que nuestro PBI también caiga 1%: al reducirse su demanda por cobre cae su precio. Algo parecido le pasa a Argentina, primer productor mundial de soya –cuyos precios también han caído desde el 2011 y 2012– siendo China uno de sus principales mercados. Se habla de un monocultivo que ha producido una “sojización” de la agricultura y la economía: en el 2017 las ventas de soja fueron US$ 10,000 millones, el 16% del valor total exportado por ese país. El problema no radica en exportar los bienes en los cuales se tiene una ventaja comparativa sino en creer que su sola exportación nos hará crecer por plazos superlargos, lo que “chorrearía” al resto de los sectores económicos. Bastaría entonces con aplicar la política económica del “piloto automático”. Pero así no es la nuez. Es por eso que la diversificación de las exportaciones es importante, sobre todo las que tienen alto valor agregado y, por tanto, dependen más del valor incorporado en ellas, siendo sus precios menos vulnerables y volátiles que los de las MP. Ahora bien, no solo debe preocupar el 55% de la “variabilidad externa” del PBI, sino también de los ingresos fiscales. Dice el mismo MMM 2017-2019 que el 65% de dicha variabilidad se explica por la caída de los precios de las MP: “se estima que una caída del 10% de los precios de exportación implicaría menores ingresos fiscales en torno a 0,6%-0,7% del PBI” (ídem, p. 60). Y falta otro factor puramente “interno”: los gruesos errores de política económica del MEF como el paquete tributario de Segura de fines del 2014 (que incluyó la baja del impuesto a la renta a las empresas) cuyo costo fue 3.1% del PBI según el MMM 2016-2018 (p. 84). En el MEF “creyeron” que así aumentaría la inversión privada. Pero ésta, ay, siguió cayendo, de 20.3% a 16.4% del PBI del 2013 al 2017. ¿Y los técnicos del MEF? Bien, gracias, todos en su sitio. Lo mismo sucede ahora con la inversión pública, que viene cayendo porque el MEF la está reduciendo, de lo cual se alegra porque “se está reduciendo del déficit fiscal, incluso antes de tiempo”. Esa factura la va a pagar el gobierno. Regresando al principio, no siempre podemos estar “amarraditos” de la demanda china y de los precios de las MP. Y queda claro que no hay compartimentos estancos entre economía y política y así lo refleja la última encuesta del BCR sobre expectativas económicas a la baja. La mejor manera de elevarlas es reducir la dependencia en (pocas) MP, avanzar hacia la diversificación productiva y aplicar políticas contracíclicas. No es eso lo que está haciendo hoy el MEF. Y, claro está, erradicar la corrupción y hacer las reformas políticas y del Poder Judicial. (1) Marco Macroeconómico Multianual 2017-2019, página 79. www.mef.gob.pe