Gregorio Santos le pone una cruz al proyecto cuprífero Michiquillay

Argumento. Exgobernador regional de Cajamarca sostiene que nació muerto por no haberlo socializado. Criticó que licitación no haya sido transparente.,Edgar Jara Rodríguez Cajamarca Ante la inminente adjudicación del Estado del proyecto cuprífero Michiquillay a uno de los diez postores, este 20 de febrero el exgobernador regional de Cajamarca, Gregorio Santos Guerrero, le puso una cruz al afirmar que nació muerto por no haberlo socializado. “Todo Michiquillay es un proyecto que está naciendo muerto y lo están matando los mismos funcionarios del Ministerio de Energía y Minas, de ProInversión, un presidente de la República lobista, comprobado gestor de intereses de multinacionales, con un equipo alrededor de lobistas como la ministra Cayetana Aljovín (extitular de Energía y Minas), un gobierno que no tiene la autoridad moral ni la legitimidad para someter a licitación el proyecto Michiquillay”, precisó el líder del Movimiento de Afirmación Social (MAS). Además –justificó su posición– porque ni siquiera han tenido la cortesía de cerrar la primera etapa, ¿por qué razones Anglo American se retiró del proyecto?, ¿cómo es que cerró este contrato? Como sabemos, detalló, si es un nuevo proceso de licitación tiene que respetarse las normas que existen en el Estado, como son la consulta previa y su relación con Cajamarca; pero se está engañando a los hermanos comuneros que es un proceso que tiene todas las garantías. otra objeción En otro instante, Santos Guerrero le puso reparos a la carretera que utilizaría el proyecto para sacar sus materiales del distrito La Encañada, negándose a entregarles la carretera de Ciudad de Dios al distrito a Michiquillay. “El tránsito será congestionado con los enormes encapsulados para trasladar el mineral, porque dónde lo van a trasladar, ¿en helicóptero?, ¿en avión?, ese es un enorme impacto ambiental que va a tener; es un tema del ingreso de Cajamarca a la ciudad”. Del mismo el exgobernador se mostró suspicaz respecto de la ausencia del Estudio de Impacto Ambiental y la forma cómo el gobierno ha logrado obtener el estudio base del proyecto cuprífero.