Ha dicho la viceministra Claudia Cooper que los ingresos fiscales pueden aumentar si se “reducen las exoneraciones tributarias y se da otro tipo de beneficio, para que sea menos dañino”. Estas exoneraciones se otorgan a diferentes sectores económicos y les permiten pagar una menor (o ninguna) tasa de los diferentes tributos, como el impuesto a la renta, el IGV, los aranceles, entre otros. Según el MEF, estas exoneraciones tributarias de corto plazo en el 2018 serán S/ 11,854 millones, el 1.57% del PBI. Pero su impacto en el “gasto” potencial es mayor: S/ 16,500 millones, el 2.19% del PBI. Veamos las cifras de algunas de ellas y luego las discutiremos. Una. Del 2002 al 2017, las agroindustrias dejaron de pagar, según la SUNAT, S/ 1,909 millones de impuesto a la renta (IR), debido a la Ley 27360 de noviembre del 2000, que rebaja la tasa del 30 al 15%. En el 2018, de acuerdo al último Marco Macroeconómico del MEF, esa suma será S/ 248 millones, el 0.03% del PBI. Dos. Del 2002 al 2017, la SUNAT dejó de recaudar S/ 5,044 millones por la exoneración al pago del IGV a las personas naturales que adquieren una póliza de seguro de vida (TUO del IGV, DS-055-99-EF). En el 2018, dice el MMM, se dejarán de pagar S/ 613 millones, el 0.08% del PBI. Hay dos categorías de personas naturales. De un lado, las que pagan la prima de un seguro individual, por su cuenta (el 26% de los 613 millones). Y, de otro, las primas de los seguros de los pensionistas de las AFP, que hayan sido cedidas o no a empresas reaseguradoras (el 74% restante). En julio del 2011, la Comisión Permanente blindó estas exoneraciones pues las pasó a la categoría de inafectas con la Ley 29772. Tres. Del 2002 al 2017, la SUNAT restituyó S/ 10,196 millones por concepto de “drawback”. Según el MMM, en el 2018 éste será de 857 millones, el 0.11% del PBI. El “drawback” permite a los exportadores recuperar el valor total o parcial de los aranceles que pagaron por la importación de insumos utilizados en el producto a exportar. La tasa fue de 8% en el 2009, bajó luego a 3% y ahora está en 4%. Y así podríamos seguir. Destaca el no pago del IGV por los productos agrícolas “perecibles”, así como también en amplias zonas de la Amazonía (otorgadas por Fujimori después del conflicto con Ecuador). También hay exoneraciones al sector minero, petrolero y financiero. Primera discusión: ¿están bien o mal las exoneraciones? Un liberal puro dirá que mal porque solo el libre mercado sabe asignar los recursos ya que el Estado es “un desastre”. Pero eso es pura ideología, que no se cumple en ningún lado, ni siquiera en EEUU, cuyo interés estratégico hace que gaste billones de dólares en la industria espacial con la NASA y en el gasto militar (aviones, portaviones, misiles) con el Pentágono. Para no hablar de los subsidios agrícolas de todos los países de la OCDE, que sumaron US$ 300,000 millones en el 2016. Regresemos a las agroindustriales: no pagaron S/ 1,909 millones de IR, pero generaron miles de millones de dólares en exportaciones y también miles de empleos (con derechos recortados). Esta “industria naciente” se benefició del ATP-DEA de EEUU y del SGP-Plus de la Unión Europea, continuado luego por los TLCs. Y también “se ha ganado” con los US$ 6,000 millones invertidos por el Estado en grandes proyectos de irrigación en la costa, donde solo se ha recuperado el 7% (1). Pregunta del millón: ¿cuándo se “gradúan”? ¿O van a necesitar muletas por siempre? No, pues. El mecanismo tiene que ser temporal y aplicarse sobre todo a los que recién entran. Eso es lo que hay que corregir. Pero los beneficiados quieren prorrogarlas por más tiempo aún, con la lógica “el que puede, puede”. La misma argumentación vale para el “drawback” de los industriales. OK. Pero, ojo, la tasa de devolución de aranceles de 4% no tiene justificación técnica, además de que no es verificada, por lo que está sujeta a “filtraciones”. Agreguemos que los analistas se dedican poco a eso, pero sí escudriñan con telescopio gigante las “filtraciones” en el Vaso de Leche. Eso tiene que cambiar. El caso de los seguros de vida es distinto. ¿Por qué exonerar las pólizas de los particulares (el 26% del total, o sea, S/ 150 millones anuales?) que vienen, sobre todo, de los sectores con altos ingresos? Sus defensores dicen que si eso no se hace esas pólizas se comprarán en el extranjero. ¿Y? Otra cosa son las pólizas de los pensionistas de las AFP, sobre todo de los jubilados, pues la gran mayoría son empleados, profesionales y trabajadores en general. Se trata, entonces, de revisar a fondo los “gastos tributarios”, uno por uno. Eso es clave, ahora que cae la recaudación desde el 2012 y se reduce la capacidad del Estado para atender los gastos corrientes y la inversión pública. Se necesita, entonces, una reforma tributaria integral que combata la evasión, la elusión y que amplíe la base tributaria, lo que puede comenzar con las exoneraciones tributarias. Ah, me olvidaba: ¿podrá este gobierno lobbysta racionalizar el actual sistema, incentivando a las industrias nacientes y eliminando las exoneraciones mercantilistas? No lo creemos. (1) Ver Lorenzo Eguren, Estimación de los subsidios en los principales proyectos de irrigación en la costa peruana, CEPES, 2014.