Hace poco se acaba de publicar el Índice de Gobernanza de los Recursos Naturales de 81 países que producen el 82% del petróleo del mundo, así como el 78% del gas natural y una proporción significativa de minerales, incluyendo el 72% de la producción mundial de cobre (1). El primer lugar lo ocupa Noruega con 86 puntos (de un total de 100 posibles), seguida de Chile, Reino Unido, Canadá y Estados Unidos, con 81,77, 75 y 74 puntos, respectivamente. Perú viene más atrás, en el puesto 16, con 62 puntos, seguido de México (puesto 17) y Argentina (puesto 22). Los 62 puntos no nos colocan en la categoría de “Bueno” (más de 75 puntos) sino en “Satisfactorio” (entre 61 y 74 puntos). Después vienen las categorías débil, deficiente y malo. El Índice se obtiene a partir de evaluaciones nacionales a través de 149 preguntas críticas y miles de documentos, las que están debidamente tamizadas por un amplio grupo de investigadores en los 89 países (2). El Índice cumple con una exigencia central en esta época de la globalización: permite la comparación de las políticas y de las instituciones entre los diversos países analizados. El Índice no debiera ser usado de una manera complaciente, es decir, para destacar los propios méritos y los objetivos ya alcanzados sino, por el contrario, para mirar hacia arriba y aprender de los avances logrados por los que nos preceden. Para hacerlo, es importante detenernos un momento en el aspecto cualitativo de estos instrumentos, pues van más allá de la propaganda y de las estadísticas que leemos en los diarios acerca del puesto que ocupamos en la producción mundial de cobre, oro o zinc o de la cantidad de ingresos de divisas, impuestos y regalías que genera la actividad extractiva. Las preguntas del Índice tienen el énfasis puesto en el buen manejo y gestión de los recursos naturales. Así, su primer componente trata de la producción de los minerales, que es lo que genera valor. Aquí están las leyes y los contratos, así como los derechos de extracción, los ingresos de divisas y los ingresos fiscales (impuesto a la renta y regalías). El segundo es la distribución de esos ingresos a través del presupuesto nacional, lo que en el caso peruano abarca las transferencias de canon y regalías a los gobiernos regionales y locales. Aquí se mide si el país ahorra para la época de las “vacas flacas”, lo que acá no existe para el caso del canon. Mal. El tercer componente evalúa las condiciones generales de gobernabilidad de un país, tales como libertad de expresión y asociación, estabilidad política y ausencia de violencia, calidad de la regulación, acceso a la información y control de la corrupción, entre otros. Este componente no lo elabora el NRGI sino que utiliza los resultados de los Indicadores de Gobernanza Mundial del Banco Mundial (3). En ese ranking bajamos al puesto 31 de los 89 países. En el caso peruano, el Índice resalta como muy positiva su participación como miembro pleno en la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas (EITI). El EITI concilia las cifras que proporcionan las empresas sobre pagos de impuestos y, viceversa, las cifras del Estado sobre el pago de impuestos. De esta manera, la transparencia se convierte en arma contra posibles actos de corrupción. En ese requisito tenemos 70 de puntaje. También se señalan deficiencias como, por ejemplo, que no hay requisito legal para que la Sunat haga auditorías a las empresas mineras y tampoco lo hay para que se hagan auditorías a la Sunat. En ese requisito, que sí existe en otros países, tenemos solo 33 de puntaje. Tampoco existe el requisito legal de que el Congreso revise los Informes Anuales del Fondo de Estabilización Fiscal (FEF, que acumula los ahorros fiscales) para evaluar su uso por el Poder Ejecutivo. También el Índice se pregunta sobre los posibles vacíos en la legislación ambiental y en las acciones de fiscalización de la OEFA. Y así podríamos seguir. Como se aprecia, el Índice proporciona una amplia gama de instrumentos para el análisis, lo que viene siendo también usado por diarios como el Financial Times, The Economist, Reuters y el Brookings Institution para complementar sus informaciones sobre el panorama minero y energético de países y empresas. Esperemos que acá también suceda lo mismo con el gobierno, el Congreso, la academia, el periodismo y la sociedad civil. 1) Este Índice, elaborado por el Instituto de Gobernanza de los Recursos Naturales (NRGI, en inglés) se realiza con la más amplia transparencia y toda la data se publica en su página web (resourcegovernanceindex.org). 2) La presentación del Índice se realizó en Londres el 28 de junio con la presencia, entre otros, de Aidan Davy, jefe del Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM) y el ministro de Energía de Ghana, Mohammed Amin Adam. El presidente del NRGI es Ernesto Zedillo, ex presidente de México. Daniel kaufmann es el CEO. 3) Ver http://info.worldbank.org/governance/wgi/index.aspx#home