El desempeño de la mayoría parlamentaria fujimorista no ha estado a la altura de lo que la democracia peruana necesita. Los instrumentos empleados para ejercer la labor parlamentaria como, por ejemplo, la interpelación a ministros han sido mal utilizados. Han convertido a esta última en una herramienta obstruccionista para acorralar al gobierno. Este hecho, sin duda, ha impactado en la gobernabilidad del Perú. Ha sido una mayoría poco responsable y que se condice de un partido asfixiado hacia el interior por su lideresa Keiko Fujimori. El control que esta ejerce es canalizado a través de cuatro o cinco congresistas, escogidos por ella misma, que responden automáticamente a sus necesidades y prioridades. Fuerza Popular es un partido político que como otros no tiene posibilidad de tener democracia. Sobre el reglamento de un partido político están las leyes de la República y en ningún lado prevé que quien va a ser el líder de la bancada sea alguien que no ha sido elegido y que le indica a la bancada cómo tiene que actuar y qué tiene que hacer. En todo caso, quien tiene mucha más autoridad institucional es su hermano Kenji, que es un congresista electo en comparación con Keiko Fujimori.Pareciera ser que la lógica del funcionamiento de la bancada, antes que priorizar y discutir entre sus miembros cómo fortalecer la gobernabilidad e impulsar una agenda que ponga por delante los temas del país, muestra a sus parlamentarios más ocupados y entretenidos en cómo sostener y responder a este liderazgo que está ejerciendo Keiko Fujimori.❧
