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Opinión

La próxima chamba, por Mirko Lauer

"Los cambios ministeriales son atentados a la estabilidad laboral, a veces para bien, pero no siempre".

larepublica.pe
MIRKO LAUER

Este año, abril no es el mes otoñal, sino el partidor de un rito quinquenal, en que cada vez más puestos públicos empiezan a parecer más disponibles, y lo van siendo. Ofrecer empleo es un socorrido recurso electoral, y todo candidato que se respete le echa mano. Fernando Belaunde Terry era un artista.

Los partidos están instalando a su gente en puestos claves a toda velocidad. No todos van a durar con esas chambas más allá de julio 2026, pero un año largo en el presupuesto no está mal en la era del desempleo público. Además ese plazo puede volverse negociable, si es que al partido colocador le va bien. La cosa es a nombrar, a nombrar, que ya viene el meteorito.

Las chambas varían. Algunas son solo un alivio para el que las recibe; otras son parte de un esquema mucho más amplio. La amiga de César Acuña que está ingresando a un cargo expectante en Sunedu muy probablemente será un activo para la universidad César Vallejo en esa institución, todo lo que su presencia en ese cargo dure. Porque hay otros políticos dueños de universidades.

Los cambios ministeriales son atentados a la estabilidad laboral, a veces para bien, pero no siempre. No nos referimos solo al llamado personal de confianza, sino a toda la planilla del pliego, de capitán a paje. Eso puede representar unos pocos cientos de personas que van a salir a buscarse un nuevo empleo. En algunas secciones, verdaderos terremotos laborales.

Lo que acaba de suceder en los EEUU con el personal de la desmantelada USAID nos da un ejemplo de lo que puede suceder con la llegada de un nuevo gobierno enconado con su antecesor. El argumento ideológico es muy frecuente en los despidos masivos del Estado, sobre todo en los mejores puestos. Cuanto más alto el cargo, más difícil es negociar una permanencia, o al menos una prórroga.

Pero también en esto hay verdaderos artistas. Todavía le cobran al Estado personas que fueron prominentes castillistas, algunos en ubicaciones de alto perfil. Hay legendarios nombres de operadores que desde delicadísimos puestos en otros tiempos iban sobreviviendo a gobierno tras gobierno. Aquí el secreto es la naturaleza del servicio prestado al poderoso de turno.

En todo caso, a quien quiera durar empleado en el sector público, le recomendamos buscar una pega recién después de las elecciones.