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Opinión

Argentina: ¿La Libertad Avanza?, por Ariela Ruíz Caro

“Massa se ha mantenido alejado de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, a pesar de ser el actual ministro de Economía...”.

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RUIZ CARO

Pocos presagiaron que el peronista Unión por la Patria, (36,68%), liderado por Sergio Massa, superaría por casi 7 puntos porcentuales, en primera vuelta, al ultraderechista La Libertad Avanza, de Javier Milei (29,98%). En una sociedad golpeada por una inflación galopante y creciente pobreza, la agresividad de su discurso contra la “casta gobernante” y sus propuestas liberales para hacer de Argentina una potencia, calaron fuertemente al inicio.

Sin embargo, su inexperiencia y poca sensibilidad, su desprecio por la política y los políticos, sus propuestas económicas absurdas, como dinamitar el Banco Central para adoptar el dólar como moneda de curso legal en reemplazo del peso, y su rechazo a la justicia social le jugaron en contra. “Habría que informarle al imbécil que está en Roma (el Papa Francisco) que la envidia, que es la base de la justicia social, es un pecado capital”, dijo en la televisión, oportunidad en la que agregó que los Estados eran una “invención del Maligno”.

Sus respuestas a la dolarización de la economía con un lenguaje complejo y paporretero sobre los economistas liberales, especialmente de los de la Escuela Austriaca, que nadie entendía, o el anuncio de cierre de Ministerios, generaron temor. En un país con altos niveles de sindicalización y cultura política, sus planteamientos fueron desinflándose al calor de los debates electorales.

A pesar de sus crisis económica y social, Argentina tiene un Estado protector con múltiples subsidios al transporte y a los servicios públicos y planes sociales. El miedo a perder esa protección, que para bien o para mal brinda el Estado, frenó el apoyo al candidato admirador de Trump, Bolsonaro y Vox, defensor de la libre portación de armas y del mercado de órganos.

Massa se ha mantenido alejado de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, a pesar de ser el actual ministro de Economía. En las elecciones de 2015, cuando Macri obtuvo la presidencia con un apretado triunfo en segunda vuelta, Massa se presentó como candidato presidencial por Unidos por una Nueva Alternativa (UNA), por fuera del Partido que aglutinaba al kirchnerista Frente para la Victoria, que ganó la elección en primera vuelta, con un 37,08%. UNA obtuvo, entonces, el 21,39% de los votos.

Massa ha prometido construir un gobierno de unidad nacional para conseguir “más argentinidad” con políticas de Estado que fortalezcan la moneda, apoyen la industria nacional, la exportación de sus recursos naturales con valor agregado, impulsen la educación pública, y se mejore la distribución del ingreso mediante un régimen progresivo del sistema tributario.

En política exterior, dijo querer una Argentina integrada, que impulse el multilateralismo, contrariamente a Milei, que rechaza negociar “con gobiernos comunistas y todos los aliados de Hamás, Cuba y demás dictaduras”. Milei solo quiere abrazar el mundo libre y por eso ha elegido como aliados a Estados Unidos e Israel. En momentos en que el no alineamiento con las potencias rivales es el denominador común creciente de los países emergentes, rechazar los vínculos con cualquiera de ellas, en este caso China, iría a contracorriente de la historia. Argentina ha sido recientemente incorporada a los BRICS y al Nuevo Banco de Desarrollo de esta entidad con sede en Shanghái, de los que Milei se retiraría.

Los insultos proferidos a sus rivales, incluidos los de derecha y del Partido Radical —a Raúl Alfonsín lo calificó de estafador y padre de la hiperinflación que huyó como una rata—, le dificultarán establecer alianzas. Sin embargo, ayer, la candidata Patricia Bullrich, del macrista partido Juntos por el Cambio, anunció su respaldo —durante la campaña le dijo terrorista tirabombas aludiendo a su etapa de militante montonera en los 60—, lo que ha generado una fractura en el frente macrista. Por eso, el 19 de noviembre no solo se elegirá, como dice Massa, entre un modelo que intenta abrazar a todos y el del sálvese quien pueda, sino también el grado de equilibrio emocional que le permita al ganador abordar los problemas.