El descubrimiento de América, ocurrido el 12 de octubre de 1492, marcó el inicio de una nueva era para el mundo, conectando dos continentes y generando cambios profundos en la historia de la humanidad. Cristóbal Colón, navegando bajo la bandera española, estableció un puente entre Europa y el llamado 'Nuevo Mundo', lo que desencadenó un proceso de colonización y un intercambio cultural sin precedentes.
Además, la relación de Colón con las poblaciones indígenas fue compleja. En su cuarto viaje, Colón usó sus conocimientos astronómicos para impresionar a los indígenas de Jamaica, al predecir un eclipse lunar en 1504, lo que le permitió obtener provisiones vitales. Este episodio es solo uno de los tantos eventos que muestran las interacciones entre los exploradores europeos y las culturas indígenas en América.
En abril de 1502, Cristóbal Colón emprendió su cuarta expedición, acompañado de 140 hombres y cuatro naves, con el propósito de encontrar un paso marítimo hacia Asia. Tras recorrer las costas de lo que hoy son países como Honduras y Panamá, las difíciles condiciones climáticas y el deterioro de las naves los llevaron a buscar refugio en Jamaica. Este viaje, que inicialmente tenía la intención de explorar y reclamar tierras, se transformó en una odisea por la supervivencia debido a los constantes desafíos.
Este viaje, que inicialmente tenía la intención de explorar y reclamar tierras, se transformó en una odisea por la supervivencia debido a los constantes desafíos. Foto: La Tercera.
En su paso por Jamaica, Colón y su tripulación, sin recursos y en condiciones deplorables, dependieron inicialmente de los intercambios con los nativos. Sin embargo, la buena disposición de los locales se agotó, generando tensiones que dejaron a los españoles sin suministros. Ante la desesperada situación, Colón decidió enviar a su hombre de confianza, Diego Méndez de Segura, a La Española en busca de ayuda, mientras él permanecía en la isla en medio de crecientes dificultades.
La rebelión de los nativos jamaicanos empeoró aún más la situación, ya que se negaron a seguir proporcionando víveres a los españoles. Colón, sin un asentamiento castellano cercano para refugiarse, enfrentó la amenaza de quedarse varado sin recursos. Este viaje se destacó por los desafíos climáticos, las tensiones con los nativos y la resiliencia de Colón y su tripulación, quienes enfrentaron una de las pruebas más arduas en sus exploraciones.
El descubrimiento de América, ocurrido el 12 de octubre de 1492, marcó el inicio de una nueva era para el mundo. Foto: National Geographic.
Cristóbal Colón utilizó su conocimiento astronómico para planear un ingenioso engaño durante su estancia en Jamaica en 1504. Al predecir un eclipse lunar que teñiría la luna de rojo, advirtió a los nativos que esto era señal de la ira de Dios por negarles comida. Aunque inicialmente escépticos, cuando el eclipse ocurrió, los indígenas, aterrados, le ofrecieron nuevamente alimentos y víveres.
Este astuto plan permitió a Colón y su tripulación sobrevivir en Jamaica hasta que fueron rescatados en junio de 1504. Sin esta jugada maestra, su destino pudo haber sido trágico, demostrando la habilidad del almirante para manipular el conocimiento científico en su favor. El eclipse lunar fue clave para mantener con vida a la tripulación española durante esta crítica fase de su última expedición.
Cristóbal Colón utilizó su conocimiento astronómico para planear un ingenioso engaño durante su estancia en Jamaica. Foto: La Tercera.
Colón sabía del eclipse lunar del 29 de febrero de 1504 gracias a las Ephemerides, unas tablas astronómicas desarrolladas por el matemático alemán Johannes Müller, también conocido como Regiomontanus. Estas tablas proporcionaban predicciones precisas de fenómenos astronómicos, incluyendo eclipses. Como navegante y cartógrafo, Colón utilizaba las Ephemerides para planificar rutas y predecir fenómenos astronómicos, como eclipses.
Además, Colón siempre llevaba consigo los trabajos de Abraham Zacuto, un destacado astrónomo judío que también le proporcionaba información clave para la navegación a través de sus tablas. Estos conocimientos le daban una ventaja sobre otros exploradores y permitían que se aventurara más allá de las rutas conocidas, haciendo de la astronomía una herramienta esencial para sus logros en la exploración.
En astronomía, una 'luna de sangre' es un fenómeno que ocurre durante un eclipse lunar total, cuando la Tierra se posiciona entre el Sol y la Luna. Durante este evento, la luz solar es bloqueada por la Tierra, pero parte de ella atraviesa la atmósfera terrestre y se refracta hacia la Luna. Debido a que la atmósfera dispersa las longitudes de onda más cortas, como el azul, lo que llega a la Luna son las longitudes de onda más largas, principalmente rojas y naranjas. Esto da a la Luna su característico tono rojizo.
El color y la intensidad de la 'luna de sangre' pueden variar dependiendo de las condiciones atmosféricas de la Tierra en ese momento, como la cantidad de polvo o partículas volcánicas suspendidas en el aire, que pueden intensificar o atenuar el tono rojizo. Este evento es de gran interés en la astronomía y se ha documentado ampliamente por instituciones científicas como la NASA y observatorios alrededor del mundo.