Israel advirtió este lunes que utilizará todas sus fuerzas en seguir atacando al movimiento islamista Hezbolá tras haber matado a su jefe, y el grupo proiraní afirmó estar preparado para hacer frente a una eventual ofensiva terrestre en Líbano.
Tras el devastador golpe asestado a Hezbolá, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió a Irán -archienemigo suyo y gran aliado del partido libanés- que "no hay lugar en Oriente Medio al que Israel no pueda llegar".
El lunes, al menos 25 personas murieron en bombardeos israelíes en Líbano, incluyendo tres miembros de un grupo palestino, el jefe de Hamás en Líbano y un soldado libanés, según varias fuentes. Hezbolá, en tanto, disparó cohetes hacia el norte de Israel.
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Israel, que desplegó refuerzos en su frontera norte con Líbano, prometió que combatirá a sus "enemigos" y los "eliminará" allá donde se encuentren.
El viernes, un bombardeo en los suburbios del sur de Beirut, bastión del Hezbolá, mató al dirigente de Hezbolá, Hasán Nasralá. El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, afirmó que la muerte de Nasralá es "un paso importante" pero no es el "final".
"Para garantizar el regreso de las comunidades del norte de Israel, utilizaremos todas nuestras capacidades", declaró Gallant durante una visita a soldados desplegados en la frontera entre Israel y Líbano.
En un discurso televisado, el número dos del movimiento islamista libanés, Naim Qasem, afirmó que el grupo escogerá "lo antes posible" al sucesor de Nasralá.
El dirigente señaló que Nasralá, que era considerado como el hombre más poderoso del país, falleció junto a otras cuatro personas, incluyendo un general de los Guardianes de la Revolución de Irán, y no junto a una veintena de miembros de la formación, como aseguró Israel.
Qasem aseguró que "estamos listos si los israelíes deciden entrar en nuestro territorio, nuestras fuerzas de la resistencia están listas para una confrontación terrestre" y prometió además continuar luchando "en apoyo a Gaza", donde el ejército israelí lleva a cabo una ofensiva desde el 7 de octubre de 2023 en respuesta al ataque de Hamás.
En Washington, el presidente Joe Biden dio a entender que se opone a las operaciones terrestres israelíes en Líbano y pidió un alto el fuego "ahora".
Presente en Beirut, el canciller francés, Jean-Noël Barrot, también pidió a Israel que se "abstenga de cualquier incursión terrestre" en Líbano y que "cese el fuego". Asimismo, pidió a Hezbolá que deje de disparar contra el norte de Israel.
Hezbolá abrió un frente en la frontera con Israel hace casi un año, tras el inicio de la guerra en la Franja de Gaza, en apoyo a su aliado islamista Hamás, en el poder en ese territorio palestino.
Desde mediados de septiembre, Israel desplazó el grueso de sus operaciones militares hacia el norte, con el objetivo de atajar los tiros de cohetes de Hezbolá y permitir que regresen a casa miles de habitantes del norte de Israel que tuvieron que dejar sus hogares por esos disparos.
Por su parte, Irán, aliado clave de Hezbolá y también aliado de Hamás, descartó desplegar combatientes en Líbano y en Gaza para enfrentar a su archienemigo Israel.
"No es necesario desplegar fuerzas auxiliares o voluntarias" iraníes, declaró el portavoz de la diplomacia, Naser Kanani, agregando que Líbano y los combatientes en los territorios palestinos "tienen la capacidad y la potencia necesaria para enfrentar la agresión del régimen sionista".
Desde la ola de explosiones de bíperes y walkie-talkies de Hezbolá en Líbano a mediados de septiembre, atribuidas a Israel, y la intensificación de los bombardeos israelíes que le siguieron, más de 1.000 personas han muerto en Líbano, según el Ministerio libanés de Salud.
Además, según el primer ministro libanés, Nayib Mikati, hay cerca de un millón de desplazados, lo que representaría el mayor desplazamiento de población de la historia del país.
El lunes, Hamás anunció que su jefe en Líbano, Fatah Sharif Abu al Amin, había muerto en un bombardeo en el sur del país. El ejército israelí confirmó el deceso.
Por primera vez desde el 8 de octubre, Israel bombardeó el centro de Beirut, donde destruyó el piso de un edificio.
Según el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), tres de sus miembros murieron en ese ataque. Israel afirma que mató a dos comandantes de ese grupo, considerado "terrorista" tanto por Israel como por la UE.
Mohamed al Hos, vecino de la zona, se despertó por un "ruido enorme" y salió corriendo a la calle. "La gente gritaba y se podía ver el polvo que se levantaba del edificio", dijo el hombre de 41 años.
En el territorio palestino, bombardeado sin tregua desde hace casi un año en respuesta al ataque del 7 de octubre, el número de ataques aéreos israelíes ha disminuido considerablemente en los últimos días, según periodistas de AFP, que informaron de tres o cuatro ataques el domingo por la noche.
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