Compuesto por 14 millones de kilómetros cuadrados, la Antártida se ha convertido en uno de los territorios más disputados y anhelados del planeta debido a las riquezas que esconden sus tierras. Son siete los países que a lo largo de la historia han reclamado parte de su extenso territorio. Algunos limitan con el continente, como Argentina, Australia, Chile y Nueva Zelanda; mientras que los otros son países europeos como Francia, Noruega y Reino Unido.
A pesar que cada uno de ellos tienen bases permanentes instaladas en diversas partes de la Antártida, el continente no le pertenece a nadie y continuará así hasta el año 2048. A continuación te explicamos por qué.
El primer país en instalar una base permanente y reclamar su soberanía fue Argentina, en 1904. La Base Orcadas es la estación científica antártica más antigua que continúa funcionando hasta la actualidad.
El país sudamericano alega que la región es una extensión de su provincia más austral, Tierra del Fuego, al igual que las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur.
Sin embargo, Reino Unido, quien es la nación que controla dichas islas, realizó su propia reclamación antártica en 1908, reivindicando una región que abarca por completo el sector reclamado por Argentina.
En cuanto Chile, el país reclama la parte de la región de Magallanes, superponiéndose en parte a los terrenos antárticos exigidos por Argentina y Reino Unido.
Así estaría dividido el terreno de la Antártida con los reclamos de los países sobre su territorio. Foto: BBC
Las otras demandas de soberanía están basadas en las conquistas realizadas por famosos exploradores antárticos a comienzos del siglo XX. Este fue el caso de Noruega, cuyo reclamo se sustenta en las exploraciones de Roald Amundsen, el primero que alcanzó el Polo Sur geográfico en 1911.
Lo mismo pasó con Nueva Zelanda y Australia, cuyas disputas sobre el terreno antártico se basaron en las acciones de James Clark Ross, quien izó la bandera del Imperio británico en territorios que fueron puestos bajo la administración de esos dos países por la Corona británica, en 1923 y 1926, respectivamente.
Finalmente, Francia también reclama una pequeña porción del suelo de la Antártida que fue descubierta en 1840 por el comandante Jules Dumont D'Urville, quien lo bautizó como Tierra Adelia, en honor a su esposa.
El 1 de diciembre de 1959 se firmó el acuerdo internacional el Tratado Antártico, el cual originalmente solo contó con las firmas de los siete países con pretensiones soberanas más otros cinco: Bélgica, Estados Unidos, Japón, Sudáfrica y Rusia.
Con el paso del tiempo, otras 42 naciones más han firmado el tratado que busca evitar una escalada militar. El acuerdo afirma que "es en interés de toda la humanidad que la Antártida continúe utilizándose siempre exclusivamente para fines pacíficos y que no llegue a ser escenario u objeto de discordia internacional".
Este acuerdo congeló las reclamaciones territoriales y estableció que la Antártida se convierta en una reserva científica internacional.