Manuel Merino ya es el nuevo presidente del Perú, en medio de protestas y denuncias de golpe de Estado, tras asumir este martes 10 de noviembre en una sesión del Congreso en la cual no hubo representantes diplomáticos, como suele ocurrir en las investiduras de esta índole.
Hasta las horas de la tarde de esta caótica jornada en Perú, ningún mandatario de la región o algún Gobierno se ha pronunciado para felicitar a Merino tras un controvertido proceso constitucional que desencadenó en la destitución de Martín Vizcarra.
Para el analista político Alonso Cárdenas es “sumamente llamativo” que ningún jefe de Estado haya saludado a Merino y que tampoco hubo presencia de algún embajador en la juramentación celebrada en la mañana en el Congreso.
“El nuevo Gobierno del señor Merino necesita el reconocimiento de la Organización de los Estados Americanos (OEA), de los países latinoamericanos, de la Unión Europea, de Estados Unidos, de Canadá, en fin, de la comunidad internacional”, indicó a este diario.
No obstante, ni la OEA ni su secretario general (Luis Almagro) se han expresado hasta ahora. “Los diferentes mandatarios están hablando con sus embajadas o con los organismos internacionales para ver cómo proceder”.
“Es una situación irregular y creo que la negativa o el silencio a reconocer a Merino tiene que ver con cómo ha llegado este a la Presidencia”, acotó José Ragas, profesor asistente de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
La juramentación de Merino, un congresista opositor que ganó su escaño con unos 5.000 votos, “por lo pronto no tiene aire de legitimidad” al haber sido momentáneamente ignorado por sus vecinos, señaló Cárdenas.
Perú era uno de los países con mejores índices de crecimiento económico en la región antes de la pandemia. Ahora, que tiene la segunda tasa de mortalidad por COVID-19 en el mundo, solo superado por Bélgica, la crisis en la materia se disparó.
Para Vizcarra su principal tarea era, aparte del coronavirus y los enfrentamientos con el Congreso, la reactivación del aparato productivo tras mantener uno de los confinamientos más duraderos del planeta. Una labor que se traslada a manos de Merino.
Ficha de Manuel Merino, jefe del Congreso que asumió este martes como nuevo presidente del Perú. Infografía: AFP
En un breve discurso tras jurar su cargo, el acciopopulista aseguró que durante su gestión buscará fortalecer a las empresas grandes y pequeñas con la creación de puestos de trabajo perdidos, aunque no especificó cómo lo hará.
“Un Gobierno no reconocido internacionalmente tiene las puertas cerradas al Banco Mundial, al Banco Interamericano de Desarrollo, al Fondo Monetario Internacional, a las instancias crediticias”, alertó Cárdenas. “La situación institucional de nuestro país es sumamente grave”.
Hasta el momento solo el canciller argentino Felipe Solá se ha expresado al respecto en declaraciones a la local radio Metro. “Hay una cuestión vinculada a la Constitución peruana, por la cual el Parlamento tiene un poder de veto muy grande, y a la vez, el presidente puede disolver el Parlamento. Es medio raro todo eso”, opinó.
Solá lamentó la “inestabilidad en la capa superior, nada menos que la Presidencia y el Parlamento” del Perú, “un país hermano”.
Mientras que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), mediante su cuenta oficial de Twitter, llamó al Estado peruano a garantizar “la institucionalidad democrática”.
Urgió al Perú a resolver “su actual crisis política en observancia a los estándares interamericanos sobre separación de los poderes y el respeto al Estado de Derecho, y mediante la realización de elecciones generales en las fechas programadas”.
“Creo que hay una visión muy clara de donde está la legitimidad de un Gobierno. Y que los mandatarios de otros países no hayan saludado a Merino se verá reforzado luego de las protestas de hoy”, añadió Ragas.