Un hombre de 47 años residente en Nueva Jersey, Estados Unidos, vivió por varios años ebrio sin haber bebido un gota de alcohol. Sorprendetemente era su propio organismo el que “producía” la cerveza con la que se embriagaba.
La extraña condición es conocida como síndrome de la autocervecería (ABS). Ocurre cuando el consumo de antibióticos provoca el crecimiento excesivo de levadura o bacterias en el intestino. Estos, a su vez, convierten los carbohidratos que la persona consume en alcohol.
Citado por el medio británico The Guardian, Donato Giannotto contó que todo inició en 2015. Él trabajaba como vendedor de neumáticos y recibió un tratamiento con antibióticos tras una operación a la que fue sometido.
Un mes después, en Halloween, él y su novia celebraban en una fiesta. Donato estaba vestido del ‘Señor Papa’ y todo parecía marchar bien, pero comenzó a sentir mal y decidió ir temprano a dormir. Al día siguiente ella lo encontró ahogándose en su vómito y convulsionando.
Los médicos preguntaron cuánto había bebido, ya que los exámenes indicaban altos niveles del alcohol. Donato negó en todo momento haberlo hecho.
Los posteriores días no fueron diferentes. El hombre vivía con los síntomas de un ebrio, se desmayaba constantemente y casi siempre terminaba dormido en algún lugar de la calle. Michelle, su novia, vivía aturdida.
“Le propuse matrimonio ese diciembre. Me puse de rodillas, le di el anillo y recuerdo haberle dicho: '¿Tú ...”, pero no escuché su respuesta; me había caído al suelo”, cuenta Donato.
En 2016, tuvo que ingresar al hospital reiteradas veces. Vivía con tanques de oxígenos. Dejó su trabajo e incluso fue detenido por conducir “ebrio”.
“En ese momento, Michelle comenzó a preguntarse si estaba bebiendo a sus espaldas y volcó la casa, buscando alcohol”, detalla.
Para fortuna de Donato, el primo de su novia es médico y una vez acudió a una conferencia sobre afecciones raras. Ahí escuchó hablar del ABS. Finalmente, en diciembre de 2016, encontraron la causa de todos los males de Donato.
Se casó con Michelle en 2017 y buscaron a cerca de “100 médicos”, según explica, hasta hallar a uno que pueda darles una esperanza de continuar.
“Fue una típica boda italiana exagerada, pero estaba tan enfermo con un perro que tuve que ir a cuidados intensivos con pancreatitis inmediatamente después”, cuenta.
Donato recibió antifúngicos intravenosos y, luego de cuatro semanas, los niveles de alcohol disminuyeron. Actualmente ya no se desmaya y permanece despierto por más tiempo. Además, puede comer carbohidratos y su cuerpo ya no elabora cerveza.
“La gente bromea diciendo que parece divertido emborracharse con una porción de pizza. No hay nada divertido al respecto”, agrega.