Conmoción en el sur de California (Estados Unidos). Luego del terremoto de magnitud 7,1 —que abrió grietas en edificios, inició incendios, dañó caminos y provocó heridas leves a varias personas— los especialistas han lanzado una severa advertencia: la tierra seguirá temblando y el panorama podría tornarse peor.
Se trata del movimiento telúrico más potente registrado en los últimos 20 años y se percibió hasta Sacramento en el norte, Las Vegas en el este y México en el sur.
De acuerdo al Centro Sismológico Euromediterráneo (EMSC, por sus siglas en inglés), el epicentro se ubicó a 16 kilómetros al oeste de Searles Valley, a una profundidad de 10 kilómetros.
Los especialistas sostienen que esta parte sur de California (Estados Unidos), que aún se mantiene bajo la secuela de los terremotos más grandes en dos décadas, podría verse afectado por 30 mil réplicas de la misma magnitud a lo largo del año.
La advertencia, según dijo a New York Post, se da para que los ciudadanos se mantengan atentos y prevenir víctimas mortales.
El terremoto de 6,4 grados de magnitud que se produjo el jueves, seguido por un aún mayor magnitud de 7,1 grados al día siguiente —ambos en el Desierto de Mojave—, ya ha puesto a California al límite, y el gobernador Gavin Newsom también estima un daño económico de $100 millones.
El sismólogo Egill Hauksson advirtió que hay un 3% de probabilidades de que ocurra otro terremoto de magnitud 7 durante la próxima semana, y que se espera al menos uno más de aproximadamente magnitud 6.
Por su parte, el gobernador californiano Gavin Newsom declaró en estado de emergencia el condado de San Bernadino (Estados Unidos) y lo llamó una “llamada de atención para el resto del estado y otras partes de la nación”.