Fábricas de China utilizan el CFC-11 como material aislante a pesar de acuerdo internacional. Ello retrasa al menos una década la recuperación de la capa de ozono y acelera el calentamiento global.,Alarma ambiental. Una sola tonelada de letal compuesto para la capa de ozono CFC-11, clorofluorocarbono, equivale a cerca de 5000 toneladas de dióxido de carbono. Pese a ello, investigadores descubrieron que las emisiones de este compuesto no descendían a pesar de que en 1986 la comunidad internacional se comprometió a reducir gradualmente la producción de esta sustancia. ¿La razón? Fábricas de las provincias del este de China seguían manufacturando material aislante con el gas dañino. El CFC-11 también es llamado triclorofluorometano y es un tipo de clorofluorocarbono o CFC, una serie de sustancias químicas desarrolladas inicialmente como refrigerantes en la década de 1930. PUEDES VER: ¿Adiós al Ártico? El primer verano sin hielo marino se daría en el 2030 Solo después de varias décadas, los científicos descubrieron que cuando los CFCs se descomponen en la atmósfera liberan átomos de cloro que rápidamente destruyen la capa de ozono, un escudo natural que protege a la Tierra de los letales rayos ultravioleta. A raíz de esta evidencia y del hallazgo del gran agujero en la capa de ozono sobre la Antártida, apenas en la década de 1980 el mundo decidió frenar la emisión de los CFCs más perjudiciales. Así nació el Protocolo de Montreal en 1987. Estudios recientes señalan que si se respeta la prohibición, la brecha en la capa de ozono en el Hemisferio Norte podría desaparecer para 2030, y la de la Antártica para cerca de 2060. El descubrimiento del aumento de emisiones de CFC Una vez que el Protocolo de Montreal entró en vigor las emisiones del gas empezaron a bajar. Sin embargo, en el 2018 el ritmo se redujo en un 50% después del 2012. El fenómeno era un enigma para los investigadores. Las mediciones de estaciones de monitoreo en Corea del Sur y Japón fueron claves para detectar a las misteriosas fuentes de CFC-11. Los autores de la investigación, según cita la BBC, señalan que si estas fábricas de China no son clausuradas ello puede retrasar en una década la reparación de la capa de ozono. Adicionalmente, estudios de la Agencia de Investigación de China en 2018 indicaron que, efectivamente, ese país era la fuente de las altas emisiones. El organismo constató el uso ilegal de CFC-11 en la gran mayoría de las fábricas productoras de aislantes de poliuretano que fueron investigadas. Un comerciante indicó a la agencia que cerca del 70% del material aislante en hogares de China continúa utilizando el gas prohibido. El motivo es simple: El CFC es un producto de mejor calidad y mucho más económico en comparación a otros productos alternativos. Estos gases CFC se utilizan en sistemas de refrigeración, aires acondicionados, embalaje, espumas aislantes y solventes. PUEDES VER: Científicos pretenden colocar “escudo polarizado” en el cielo para frenar el calentamiento global ¿Es dañino para los humanos? Los CFC no son tóxicos para los humanos y tampoco son inflamables, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA, por sus siglas en inglés). Su verdadero peligro radica en la destrucción que realiza a la capa de ozono. Como efecto colateral la salud humana se ve mermada por la peligrosa radiación solar, la misma que puede ocasionar cáncer de piel y otras enfermedades. Fuente: BBC