Sudán salió a las calles por cuatro meses hasta lograr el derrocamiento del dictador Al Bashir. Luego, una junta militar tomó el poder, pero las manifestaciones continuaron hasta que el segundo presidente dimitió. ,"En dos días derrocamos a dos presidentes". Habitantes de Sudán no quieren más militares en el poder. El jueves 11 el dictador Omar al Bashir fue derrocado luego de 30 años en el poder, apenas 24 horas después, Awad Ibn Ouf, ministro de Defensa y jefe de la junta militar de transición que dirigía el país también dimitió. Las calles se llenaron de júbilo. Awad Ibn Ouf no logró apaciguar la revuelta civil luego de anunciar el fin del régimen de Omar al Bashir, que llegó al poder gracias a un golpe de Estado ocurrido en 1989. PUEDES VER: "¡Queremos más!", FF.AA. de Sudán derrocan a dictador Omar al Bashir, pero protestas continúan Él anunció en un discurso a la nación retransmitido por la televisión estatal haber renunciado a su cargo, y nombró en su lugar a Abdel Fattah al Burhan Abdelrahman, inspector general de las Fuerzas Armadas. Duró apenas un día en el cargo. Nunca aceptaron que se trataba de un golpe de Estado y dijeron que se trataba de una “toma de posición a favor del pueblo”. "El papel del consejo militar es proteger la seguridad y la estabilidad del país", había declarado poco antes el teniente general Omar Zinelabidine, miembro de la junta, ante los diplomáticos árabes y africanos. "No es un golpe de Estado militar, sino una toma de posición a favor del pueblo", dijo. "Iniciaremos un diálogo con los partidos políticos para estudiar cómo gestionar Sudán. Habrá un gobierno civil y no intervendremos en su composición", agregó. La junta militar afirmó además que Al Bashir estaba detenido pero que no sería entregado al extranjero. La Corte Penal Internacional (CPI) tiene un pedido de captura del expresidente por crímenes de guerra. Luego del anuncio de la destitución de Omar al Bashir, el pueblo celebró en las calles, pero el júbilo inicial desapareció rápidamente. Los manifestantes llamaron a continuar con la protesta, que comenzó con la decisión del gobierno el 19 de diciembre de triplicar el precio del pan en pleno retroceso económico. Al Bashir intentó reprimir las masivas protestas por la fuerza e instauró el 22 de febrero el estado de emergencia en todo el país. Un balance oficial daba cuenta hasta ahora de 49 muertos desde el inicio de las protestas el 19 de diciembre. El viernes tuvo lugar una sesión de urgencia a puerta cerrada del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Sudán, a petición de seis capitales, incluidas Washington, París y Londres. Tras una hora de discusión se dio por finalizada, sin emitir una resolución, según diplomáticos. Por la mañana, el embajador de Sudán en el organismo, Yasir Abdelsalam, intentó disipar los temores de la comunidad internacional. Los militares serán "garantes de un gobierno civil", insistió. Luego, llegó el golpe de Estado. PUEDES VER: Omar al Bashir, el carnicero de Darfur: el fin de tres décadas de poder El nuevo presidente de Sudán El nuevo hombre fuerte de Sudán, Abdel Fattah al Burhan, anunció el sábado el fin del toque de queda nocturno, la liberación de los manifestantes detenidos y prometió "eliminar de raíz" el régimen del derrocado Omar al Bashir. Igualmente se comprometió a juzgar a las personas que mataron a manifestantes, durante un discurso ante la nación retransmitido en directo en la televisión estatal dos días después de que el ejército derrocara Omar al Bashir. Abdel Fattah al Burhan es el nuevo presidente de Sudán, mientras convocan a elecciones libres. Foto: AFP Los crímenes de Omar al Bashir Omar al Bashir desafiaba ya desde hace tiempo a la Corte Penal Internacional (CPI), con sede en La Haya. En 2009, la CPI lanzó una orden de captura por "crímenes de guerra y contra la humanidad" en Darfur, región del oeste de Sudán afectada por la violencia, antes de agregar en 2010 la acusación de "genocidio". El conflicto en Darfur causó más de 300.000 muertos y 2,5 millones de desplazados, según la ONU. Fuentes: AFP / DW en español