El pasado 12 de octubre el Señor De Los Temblores, Patrón Jurado del Cusco, ingresó de visita al Centro Penitenciario de Varones Cusco, Quencoro. Fue histórico. Allí, bendijo a los internos. El orden y los buenos trabajos producidos entre rejas, mostrados al “Taytacha” en el penal, me despertó la curiosidad de indagar más. Esa vez mostraron finas mantas manufacturadas con lana de ovino y fibra de alpaca, entre otros. En Quencoro hay una población penal de 2.858 internos. El 70% tiene sentencia efectiva, y un 30% está en condición de procesado y espera celeridad del Poder Judicial en la atención de sus casos. Las detenciones preventivas elevaron peligrosamente la densidad poblacional. Pero, pese a estar privados de la libertad, no pierden la esperanza. Más del 80% de la población penal trabaja para llevar algo a sus familias y pagar a sus abogados. Producen de todo, con mucha dedicación. También es arte. Es encomiable la muestra artística "DignificARTE, libertad expresiva", que se lleva a cabo desde ayer hasta fin de mes en el Salón de Arte Contemporáneo de la Municipalidad del Cusco. Y como si esto fuera poco, lanzaron a la venta los panetones “Inti Raymi”, que no tienen nada que envidiar a las marcas de gama alta. Estiman vender 3.000 unidades, 100% más que en Navidad del 2017. Están elaborados con insumos de calidad y cuentan con certificación sanitaria. Los panificadores fueron capacitados en el mismo penal.Las mantas, pinturas, esculturas, panetones, entre otros, son de alta calidad y a precios módicos. Se venden en el bazar, del recinto penitenciario. No todo está perdido para esas personas que labran su futuro aun entre las frías paredes del penal. Aún hay esperanza.❧