Edgar linares huaco Médico pediatra p.p1 {margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; line-height: 12.0px; font: 9.0px 'Clan Pro'} p.p2 {margin: 0.0px 0.0px 0.6px 0.0px; line-height: 10.0px; font: 8.0px 'Clan Pro'},Con el lema “Con mis Hijos no te Metas”, se ha montado por parte de ciertos sectores religiosos conservadores una agresiva, bien organizada y financiada campaña (avisos en los medios, marchas, grandes paneles publicitarios, etc.) en contra del nuevo Currículo Nacional de Educación Básica aprobado por el Ministerio de Educación, que contiene, según dicen, como “contrabando diabólico” la llamada “ideología de género”, la que con sus perniciosas ideas como la “igualdad de género” y la “identidad de género” estaría destinada a promover la homosexualidad y el libertinaje sexual en los escolares. La igualdad de género no es que a niños y niñas se les pueda vestir a ambos con faldas o pantalones, como grotescamente se dice. No. Igualdad de género es enseñarles que todos - varones, mujeres o lo que sean - deben tener los mismos derechos y deberes, y las mismas oportunidades; y que nadie debe ser discriminado por ninguna razón (raza, religión, orientación sexual, etc.). La igualdad de género es un derecho fundamental que rige la convivencia de las sociedades democráticas más avanzadas, y así está consagrado en sus respectivas constituciones, incluso en la nuestra, que establece como principio fundamental que todos los ciudadanos somos “iguales ante la ley”. En el tema de la “identidad de género” (es decir, la toma de conciencia de la orientación sexual) es donde existe la mayor confusión. Se dice, por ejemplo, que “la ideología de género promueve que los niños y jóvenes elijan libremente su orientación sexual” y “que los niños nacen con una identidad sexual y que esta debe respetarse”. Como médico pediatra, atendiendo por muchos años problemas de adolescentes, debo decir que ambas afirmaciones son falsas. Nadie elige su orientación sexual. No la eliges tú, la impone tu naturaleza y muchas veces en contra de la voluntad. Soy testigo de la experiencia de algunos jóvenes que inicialmente luchan contra una orientación sexual que no desean, pero que finalmente la aceptan; pero hay obviamente de los otros, que seguirán en conflicto toda su vida, aparentando “virilidad” pero escondiendo tras el clóset, penosamente, su homosexualidad reprimida. No es cierto que “los niños nacen con una identidad sexual”. En realidad, la identidad sexual es la parte culminante de un largo proceso que sobre una base genética comprende el componente genital, el hormonal y el sicosocial, y que va a definirse en la adolescencia temprana, es decir, la pubertad. El niño pequeño no tiene todavía identidad sexual plena, asume el tipo de sexo que le pone la sociedad en base al diagnóstico (a veces equivocado) que hizo la partera al momento del nacimiento. No es por tanto incorrecto de que la identidad de género se construye. Pero el final de este proceso será siempre lo que la naturaleza del individuo determine y ningún currículo, por más liberal que sea, puede cambiarlo. Llama la atención el radicalismo con el que estos grupos tratan estos temas. En el fondo es un odio cerril a la homosexualidad. La OMS, hace ya cerca de 20 años, ha definido a la homosexualidad como “una variante normal de la sexualidad humana”, pero ellos siguen insistiendo que es una perversión, un grave pecado, y en el mejor de los casos una enfermedad. Son sumamente duros contra los homosexuales, pero paradójicamente son demasiados blandos con curas homosexuales pedófilos que cometen execrables abusos con niños y jóvenes, y que son inexplicablemente protegidos y blindados por las altas jerarquías de la Iglesia. ❧