Wilbert Rozas, el N1 del Frente Amplio, estuvo a punto de ir a prisión tras ser señalado como el camarada "Cascabel". La intervención del fallecido izquierdista Javier Diez Canseco lo salvó. Desde el Congreso quiere impulsar cambios constitucionales para variar el modelo económico y proteger el medioambiente. ,En una mesa situada en un rincón del tradicional café Ayllu en la céntrica calle Marquez, está sentado Wilbert Rozas Beltrán. Viste terno y lleva consigo un bolso lleno de papeles. Está listo para hablar de su candidatura al Congreso con el Nº 1 del Frente Amplio de Verónika Mendoza. PUEDES VER: El sueño de una candidata bisexual Rozas se proclama un hombre de izquierda. Apoya la unión civil: "no me importa con quién duerme una persona". De igual forma está de acuerdo con el aborto en casos de violación sexual y cuando peligra la vida de la madre. Sus reparos con la minería son evidentes y contundentes. Justamente son esos los temas que más dividieron a los actuales congresistas. Son controversiales, y para Rozas "urgente atención". Wilbert Rozas ha pasado la barrera de los sesenta años, de los cuales más de la mitad los ha entregado a la actividad política. CUENTAS CON FUJIMORI Rozas, como muchos políticos de izquierda, vivió difíciles momentos por su oposición al fujimorismo en 1990. Un año después del golpe de Alberto Fujimori estuvo entre dos fuegos. Sendero Luminoso lo incluyó en su lista de soplones y el fujimorismo, a través de Martha Chávez, lo acusó de terrorista a pesar de que en ese momento era alcalde distrital de Limatambo (Anta - Cusco). Corría los años 1993 y empezaba el endurecimiento de la dictadura. Ese año corrió la noticia de que Rozas era el camarada “Cascabel”. “Para decir que yo era un terrorista feroz me pusieron ese alías. Fue Martha Chávez”, recuerda. Según Rozas estuvo a punto de ir a prisión. Si no fuera por la intervención del entonces congresista Javier Diez Canseco no se hubiera librado de los barrotes. Diez Canseco movió a la Coordinadora de Derechos Humanos y otros entes para defender la inocencia de Rozas. Afortunadamente la denuncia nunca prosperó. A causa de la acusación debía acudir obligatoriamente a la Dircote todos los días, en la mañana y en la noche, a firmar un cuaderno que avale su permanencia en la ciudad. Lo hizo durante tres meses seguidos. Al final salió limpio. Pero no todos tuvieron la misma suerte, confiesa Rozas. “Un compañero a quién acusaron junto a mí murió en la cárcel. Mauro Ochoa, era un actor del Grupo Máscara, lo acusaron de sedicioso y terminó en prisión”, recuerda. Mauro Ochoa interpretó al personaje de Mateo Pumacahua en la histórica película sobre la rebelión de Túpac Amaru II. Éste falleció fulminado por un cáncer al hígado. ¿Qué piensa de Sendero Luminoso y el MRTA?, le pregunto. “Sendero y el MRTA fue una respuesta a la injusticia pero con un método antipopular. Eran terroristas. Y el método del terror nunca puede ser revolucionario ni popular ni político. Eso es delincuencial”, enfatiza. 15 AÑOS COMO ALCALDE Wilbert Rozas tiene una vasta experiencia política. Fue alcalde del distrito de Limatambo, provincia cusqueña de Anta, durante 9 años ininterrumpidos. Desde ese cargo impulsó el Presupuesto Participativo (PP) Rural que ayudó a priorizar obras para electrificar todo el distrito e instalar sistemas de irrigación donde había agua. En esos tiempos, dice Rozas, los alcaldes debían ser gestores porque no llovía dinero en abundancia como ahora (gracias al canon minero y gasífero). “Por eso digo que los alcaldes de ahora no tienen nada de gestores y de gastores tampoco, porque no pueden utilizar los recursos”, ironiza. Limatambo manejaba 7 mil soles mensuales en aquella época. Una vez que concluyó su tercer periodo postuló a la alcaldía provincial de Anta. Lo ganó sin dificultades en 2003, y fue reelegido en 2006. En 2010 candidateó a la presidencia regional, pero quedó relegado casi a los últimos lugares. PROPUESTAS DE CAMPAÑA Apelando a su experiencia, Rozas dice que se siente capacitado para representar, fiscalizar y legislar desde el Congreso de la República para cambiar el país. Desde la bancada que tendrá el Frente Amplio, que espera sea numerosa, planea reforzar el sistema de defensa de derechos humanos y cambiar el modelo económico. Rozas se detiene en el último punto. Asegura que ha llegado la hora de que el Perú deje de ser un país solo exportador de materia prima. “Hay que usar la tecnología para transformarla, darle valor agregado”. Otra acción en su agenda es la descentralización fiscal y el cuidado del medioambiente. “Este mundo de nosotros y de los que vienen, se debe cuidar”. Rozas señala que el Frente Amplio no es una propuesta antiminera. “Aquí defendemos el medioambiente antes que la inversión. La minería debe adecuarse a ciertos parámetros que eviten la destrucción de ecosistema y violen derechos de las comunidades campesinas”, asegura.