Tranquilo, no trates de confrontar a tus padres en la mesa frente al panetón respecto a un episodio ocurrido hace diez años. No te piques cuando tu tía te pregunte por qué no tienes hijos. No hables por ningún motivo del cardenal, ni del papel de la iglesia, ni de las alianzas políticas. Evita la bronca. Pon tu mejor cara cuando alguien te regale algo que no te gusta. Ese polo que jamás te pondrías, es más de lo que reciben muchos. Disfruta. No menciones las encuestas ni trates de convencer a tu tío de que vote por este o aquel, al lado del árbol. Es nada más que una noche y el transcurrir de un día. Si te sientes solo, se te tiene que pasar en horas. Ya está, ya fue. En minutos será 26. No revientes cohetes porque hay niños y animalitos que la pasan fatal con tu alegría detonante. Que tu alegría no envenene al otro, que tu tristeza tampoco. Aguanta el villancico. No esperes lo mejor ni tampoco lo peor. Por ahí puedes amistarte con alguien si la pelea no fue realmente necesaria. Si fue necesaria, no te amistes por culpa del ánimo navideño porque se volverán a pelear de todos modos. Tómate la libertad de apachurrar al que te gusta en la chamba antes de irte hoy. Pasará piola. Apachurra al portero. Apachurra a todos los que puedas. Recibe el abrazo del otro. Trata de emborrachar a tu abuela, si la tienes. Trata de emborrachar a tu padre, si lo tienes. Cuando vayan a ser las doce, estés en familia, solo en una cama renegando de tu vida o trabajando, haz como yo y convierte al viejo pascuero, al nacimiento y al árbol juntos, en una enorme pata de conejo que puede concederte un deseo. Como lanzar una moneda a un pozo o soplar una vela de cumpleaños. Convierte esta noche de alegría o pena en una cábala. Conviértete a esta nueva fe. Pide un ascenso o un aumento. Pide un auto o una lipo, sin roche. Pide la paz mundial y la cuota inicial para un departamento. Salud para tu amigo que está en la clínica. Amor. O no, pide menos odio tuyo y ajeno, me parece que es más factible. Pide dejar de fumar o dejar de comerte las uñas o dejar de comer chocolate, un poco. Desea dejar de ser ruin, aunque estarte farreando esta especial superstición pidiendo solo cosas para ti es bastante ruin. Pide más. Sosiego para la gente en desgracia. Justicia para el malamente condenado. No más excesos. Ya estás aquí, es noche buena y de nada te sirve repetir la vieja monserga de que odias las fiestas. Sé útil, desea algo. Libertad para los presos políticos en Venezuela esta Navidad.