Van sumando. Hasta el momento son diez los ciudadanos del sur que denuncian haber sido víctimas de esta práctica, cuando la legisladora hacía de conductora en un canal de televisión.,Salen más casos de extorsión contra congresista Aramayo,Basta nombrar el apellido Aramayo a los funcionarios de la década de los noventa para que cuenten su propia historia sobre presuntos chantajes y extorsiones por parte de la congresista fujimorista Alejandra Aramayo y su padre, Jorge Aramayo Cordero, cuando ambos eran periodistas en la ciudad de Puno. La República contactó con el ex director regional de Educación de Puno Crispín Condori Ortiz. Apenas se le preguntó sobre su experiencia con los Aramayo, no dudo ni un segundo en contar su verdad. PUEDES VER: Aparecen en Puno más víctimas de extorsión de los Aramayo Condori Ortiz había sido designado titular de Educación entre setiembre y noviembre de 2002. Asegura que en una oportunidad fue visitado por Jorge Aramayo, con documentos que supuestamente lo vinculaban con el embarazo de una profesora. “Me enseñó los documentos y me dijo que va a salir el domingo. Pero en realidad no era yo. Y me empezó hacer los anuncios y a decir: El domingo, vean quién es el director de Educación”, relató. Aseguró que antes de la difusión de las supuestas pruebas, el “gato Aramayo” le envió a un emisario. “Vino un flaco, me dijo: Vengo de parte del señor Jorge, cómo hacemos, dice cinco mil soles. Me reí. ¡Está loco! No le di. La siguiente vino el mismo flaco y me dijo: No le va a sacar nada más, pero... tres mil quinientos, ¿qué le digo? Ahora sí no volvemos más”. Según Condori Ortiz, como no accedió al pago, los Aramayo lo acusaron de todo. “Me dijeron que yo era un profesor sin título”. Recordó que Jorge Aramayo operaba en alianza con su hija, la ahora congresista Alejandra Aramayo. Ella se encargaba de atacar a los funcionarios que no accedían a los caprichos de su padre, sostiene. También con terrenos Condori recordó, además, que en una oportunidad Alejandra Aramayo intentó presionarlo para que ceda parte de los terrenos del colegio Huáscar a una familia Calmet, en el marco de un conflicto por terrenos muy conocido en Puno. “Yo le dije: no puedo entregar. Eso es bien del Estado. No es mi propiedad. Si tiene escrituras, que haga valer su derecho. Y Alejandra Aramayo me dijo: Usted tiene que darle una resolución para que haga el cerco. No acepté”, contó. Luego fue a buscarlo Jorge Aramayo, pero esta vez con documentos de supuestos malos manejos de su administración. “Actuaban juntos”, insistió. Más acusaciones La República también accedió a la declaración de Julio Lipa Quispe, ex administrador del Instituto Peruano del Deporte de Puno (IPD). El 19 de abril de 2002, Lipa se presentó ante el juez Walter Chávez, del Primer Juzgado Penal, a declarar en un proceso entablado por Julián Barra Catacora, ex director del Proyecto Especial Lago Titicaca, contra Alejandra Aramayo y su padre, por extorsión y chantaje. Lipa declaró que “también fue objeto de difamación, calumnia, chantaje y extorsión, por el señor Jorge Aramayo y su hija Alejandra Aramayo, en forma personal, en su oficina del IPD Puno, por el solo hecho de no haberle otorgado en forma gratuita el uso del coliseo cerrado para el concurso de la señorita folclor Puno”. En su declaración, agregó que Alejandra Aramayo y su padre “están acostumbrados a estos hechos y considera que es de conocimiento general de la ciudadanía de Puno”. Su versión fue corroborada con la declaración del director del IPD, Etchmer Tito, quien contó que los Aramayo lo agraviaron por no ceder a sus pedidos en el 2002. Le exigían que entregue el coliseo de manera gratuita. No accedió y lo acusaron de todo en sus medios. No solo lo acusaron en su programa televisivo “Acontecimientos”, sino también con la revista “La Pollera”, que dirigía el propio Jorge Aramayo. La República accedió a la edición de febrero de 2002. La portada dice: “Coliseo de Puno, la nueva Cantina del IPD”, “Vendieron más de 400 cajas mientras los deportistas no tienen apoyo”. La publicación era un directo ataque por no atender el requerimiento del coliseo cerrado de los Aramayo. Empresarios y funcionarios entre los diez denunciantes Desde que los medios nacionales decidieron narrar los casos de extorsión y chantaje atribuidos a la congresista Alejandra Aramayo y a su padre, nuevas voces han ido saliendo para relatar sus historias. Hasta el momento ya van diez. Está Alfonso Ureta Yapuchura, ex gerente de Essalud, quien los quejó ante la administración, en Lima, de América Televisión. También Juan Barra, el ex director del PELT. Siguen en la lista el ex fiscal Dioni Fernández y el empresario Fernando Salas. El ex titular del Instituto Peruano del Deporte Etchmer Tito tampoco fue ajeno a las extorsiones, lo mismo que el ex administrador de ese ente deportivo, Julio Lipa Reátegui. A ellos se suman Crispín Condori Ortiz, ex director de Educación; Juan Carlos Málaga, ex presidente de CTAR y Carlos Chisán, el periodista y abogado que recogió varios testimonios en un libro. En esta publicación también se incluye como víctima a Freddy Aza, ex gerente de EMSA Puno.