Una dura realidad en el altiplano. La República recorrió este distrito, en una de las zonas más afectadas por el crudo invierno que azota las alturas puneñas. Los ríos y bofedales se congelan y más porque el invierno recrudeció en los últimos días. Los menores no salen de sus humildes casas; recién lo hacen después del mediodía. Escasa ayuda,Ocho de la mañana y solo Lucio Ordóñez sale de su cabaña para darnos la bienvenida. Sus dos hijos y esposa miran desde el interior por la ventana, pero no se atreven a salir porque las condiciones no habían mejorado desde hace dos semanas cuando la temperatura descendió a niveles extremos, al punto que era imposible mantenerse a la intemperie. PUEDES VER: Asaltan un chifa, roban S/ 7 mil y desvalijan a todos los clientes Su cabaña es una de las catorce chozas asentadas en el sector de Pampa Uta, a tres kilómetros del distrito de Capazo, provincia de El Collao-Ilave, a 4.900 m.s.n.m. El lugar es una de las zonas más afectadas por el descenso brusco de la temperatura. Las doce familias que viven en la zona, y cuyos ingresos económicos se basan en la crianza de alpacas, coinciden en que este invierno es el más crudo de los últimos años. Eso explica por qué los bofedales, ojos de agua y ríos lucen completamente congelados. Las capas de hielo que se formaron superan los 10 centímetros de grosor, debido a que la temperatura fluctúa entre los -15 y -10 grados centígrados, según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi). Empero, se prevé que el frío será aún más intenso cuando llegue a los -20 grados Celsius los próximos días. Se vienen tiempos difíciles. “Nunca hemos sentido tanto frío. Ya no se puede salir a la intemperie ni a coger agua, porque todo está congelado. En algunos sectores tenemos que romper la capa de hielo para coger agua para nuestros alimentos. Por eso ya no permitimos que salgan nuestros hijos al aire libre”, dice Arnulfo Mamani, poblador de la zona. Según el Senamhi, Capazo tiene la característica de registrar temperaturas bajas porque se encuentra en una pampa extensa que tiene en su contra corrientes de aire frío que viajan de 30 a 50 Km. por hora. Este panorama ha convertido a la zona es una estepa gélida en donde ni las alpacas pueden alimentarse porque el pasto quedó completamente congelado. Las consecuencias en el sector alpaquero se verán en dos meses porque las crías se mueren por desnutrición, advirtió William Morales, director regional de Agricultura de Puno. Precisó que su sector en coordinación con otros programas del área Agricultura comenzaron a vacunar a alpacas y ovinos. Esta situación ha obligado a decenas de campesinos que tienen hijos menores de cinco años a abandonar el distrito para asentarse en la provincia de El Collao-Ilave, a tres horas de Capazo. Tomaron esta decisión tras la alerta del Senamhi, que advirtió que el frío recrudecerá aún más. Pero quienes decidieron quedarse por cuidar sus animales toman todas las medidas para que sus hijos no enfermen de neumonía. Por eso Lucio Ordóñez no permite que sus dos únicos hijos salgan a la intemperie, a no ser que sea para dirigirse a la escuela a las 08:30 horas y bien abrigados. En el trayecto a su escuela no les queda otra que caminar sobre el hielo. “No queda otra que cuidarlos. Y como acá no tenemos posta médica bien implementada nosotros mismos tenemos que protegernos con más abrigo, mates y a fuego de leña. Así es nuestra vida. Estamos acá porque acá nacieron nuestros padres y ahora acá están nuestros hijos”, dice resignado Lucio Ordóñez. Para llegar a Capazo se viaja cinco horas desde la ciudad de Puno. Primero se llega a Ilave, la capital de la provincia. Luego se pasa por el distrito de Mazocruz, otras de las afectadas por el descenso de la temperatura. El viaje se realiza por una vía de trocha, en regular estado de conservación. En el trayecto es raro ver personas. Los campos lucen vacíos y sólo se pueden divisar alpacas. Los ancianos y niños prefieren guarecerse en el calor de su hogar hasta las once de la mañana antes de resultar afectados por el frío. “No existe otra forma de protegerse del frío. Aquí no tenemos ayuda de nadie. Nosotros tenemos que velar por nuestra vida y salud. Las autoridades ofrecen de todo, pero acá llega poca ayuda. Ahora tampoco tenemos dónde irnos porque aquí tenemos nuestros terrenos y animales”, cuenta Romelia Ordóñez, pobladora de la zona y familiar cercana de Lucio Ordóñez. Por estas fechas es casi una obligación regresar a las cabañas a partir de las 04:00 p.m., porque el frío es insoportable. Previamente los campesinos arrean a sus alpacas al corral para que no sean devoradas por los pumas andinos. El único Tambo de la zona, que se supone viene a ser una base de operaciones en las tareas de prevención y atención a las poblaciones vulnerables, se muestra vacío, tan solo con un guardián en el interior. La población admite que reciben ayuda, pero es esporádica. La única posta de salud de la zona informa que la mayoría de niños padecen de infecciones respiratorias agudas. La situación es igual de dramática en las zonas altas de las 13 provincias. La Dirección Regional de Salud (Diresa), a través de las redes de salud, recogió información en el campo cuyos resultados no son nada alentadores. De enero a la fecha murieron nueve niños menores de cinco años con neumonía. La provincia de Azángaro registró una víctima. Le sigue Carabaya (1), Lampa (1), Yunguyo (1), Melgar (2) y San Román Juliaca (3). Los puestos de salud todos los días están repletos de niños que llegan en brazos de sus padres para ser inmunizados. Pese a ello, seis de las víctimas perecieron en sus casas porque no recibieron atención médica a tiempo por factores culturales, pues sus padres prefieren cuidarlos con mates y hierbas solamente. Mientras que las otras tres víctimas murieron en diversas postas médicas de la zona debido a un severo cuadro crítico de neumonía. A la fecha las trece provincias registraron 383 casos de neumonía. La cifra refleja un incremento de 1.6 % respecto al 2015 cuando se reportaron solo 377 casos. “Es probable que estas cifras se incrementen porque se prevé que el frío recrudecerá”, advirtió Percy Miranda Paz, titular de la Dirección Regional de Salud de Puno. El médico aseguró que su sector enviará a las zonas más afectadas brigadas de médicos para inmunizar a los niños menores de cinco años. Capazo y Mazocruz recibirán una mayor atención. Según la Unidad de Epidemiología de la Diresa, a la fecha se han registrado 34.809 casos de Infecciones Respiratorias Agudas (Iras). La zona que más casos registró está entre Capazo y Mazocruz. “Debido a esta situación, no queda otra que tomar nuestras propias medidas. De lo contrario probablemente nosotros seamos la próxima víctima. Por eso salimos de nuestras casas recién cerca del mediodía”, refiere a La República Aurelio Chota, del sector de Pallaqui, próximo al penal de Challapalca. En Capazo y poblados de los alrededores, guarecerse en sus casas los hace menos vulnerables al frío, pero no impide que el frío siga causando estragos en sus vidas. A falta de pastos, las crías de alpaca mueren, lo cual repercute directamente en sus ganados y en la economía familiar. Esta es la dura realidad de quienes abrieron los ojos en esta parte del país, sobre los 5.000 m.s.n.m. En Lima, pocas organizaciones gestionan ayuda, entre ellas la Municipalidad de Lima y algunos ministerios. Lo cierto es que esto se repite todos los años. Deberían habilitarse técnicas de viviendas y programas de salud de mayor sostenibilidad. Claves Plan. El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables entregó 182 mil kits de abrigo a zonas comprendidas en el Plan Multisectorial ante Heladas y Friaje 2016. Soles. Este Plan Multisectorial 2016 tiene un presupuesto de más de 232 millones de soles. Comprende 259 distritos de 19 regiones. Medida. La PCM declaró en emergencia a 94 distritos (sierra y selva) por bajas temperaturas. 20 no figuraban en el Plan Multisectorial.