Ninguna cultura de la antigüedad peruana tuvo tan presente en su creación visual la importancia del vuelo como los Nasca. Dos de sus dioses, ataviadísimos, vuelan en paralelo en la extraordinaria muestra sobre Nasca en el MALI, abierta hasta este octubre. Un dibujo animado en video elabora fugazmente sobre la posibilidad. Para Mark Cartwright son imágenes del dios principal, “una deidad voladora que lleva sartas de cabezas-trofeo… Avanza en una posición horizontal con serpentinas fluyendo desde su cuerpo”. No es el único dios volador que se conoce, pero la representación física del acto de volar vuelve su imagen inquietante. Las líneas de Nasca permiten suponer que la visión desde las alturas los obsesionaba. No hay manera cabal de percibirlas en su completud sino desde el aire, no sirve para ello ninguna de las colinas vecinas. Hay atrevidas hipótesis sobre globos aerostáticos preincaicos de madera y algodón en ese desierto. Quienes ciertamente pudieron volar y verlo todo fueron los pájaros de la zona, abundantes en las representaciones cerámicas de la muestra. Sus presencias más impactantes son devorando humanos. Cuerpos decapitados, pero no solo humanos. La capacidad de matar de esas aves en la costa supera lo que sabemos sobre ellas, y tiene una atmósfera de mito. Estos atisbos de vuelos imaginados, obviamente ligados al culto religioso y a la muerte son parte de la intensa perplejidad que aún nos causan las culturas de la costa. Los estudios arqueológicos han preferido concentrarse, con buen criterio, en descifrar lo comprensible de la cultura. En verdad la muestra del MALI es tan amplia, variada y profunda que cada visitante puede, además de disfrutar la belleza del conjunto, encontrar una relación propia con lo desconocido Nasca. Algunas coincidencias con lo oriental o lo centroamericano, por ejemplo, nunca dejarán de sorprendernos. Sin embargo el vuelo, en cualquiera de sus posibilidades (simbólico, físico, mental) es una buena puerta de entrada al mundo de la imaginación Nasca. Sobre todo porque todavía, a pesar de todo lo descubierto (mucho de ello últimamente), nuestro lazo más fuerte con esos ancestros es la creación. Esta es la muestra más amplia de objetos Nasca a la fecha, y permite un conocimiento de la cultura que antes no estaba disponible. Vuelen a visitarla. Es un must. Estos atisbos de vuelos imaginados, obviamente ligados al culto religioso y a la muerte son parte de la intensa perplejidad que aun nos causan las culturas de la costa.