Siempre se ha dicho que la dependencia de las materias primas da lugar a una vulnerabilidad muy grande pues las alzas extraordinarias de precios provocan fuertes shocks externos positivos, como los de la década pasada, hasta el 2013. Y viceversa. Lo que no se esperaba es que el FMI apoyara ese enfoque. Su informe sobre las perspectivas de América Latina (abril 2017) nos dice que hay una estrecha correlación entre los flujos de inversión y los precios de las materias primas. Los países analizados son Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú (1). El FMI dice que no solamente se afecta la inversión de las empresas productoras de materias primas sino que también se ve afectada seriamente la inversión en otros sectores tales como industria, comercio, finanzas, transportes, construcción, servicios y administración pública. “En líneas generales, la inversión en los dos grupos de empresas parece responder de forma similar a los cambios en los precios de las materias primas (página 107). Y agrega: “En América Latina, el efecto estimado de los precios de las materias primas -en el análisis de datos de panel- resulta ser tan fuerte que domina a otros factores explicativos, incluido el crecimiento interno”. El corolario es que hay que alejarnos de esa dependencia y buscar nuevos motores. Y también es importante preguntarnos por la perspectiva de precios de las materias primas porque algunos dirán que "van a subir en el corto plazo y entonces para qué nos vamos a preocupar”. No es eso lo que dice el Banco Mundial en su Pronóstico (2) al 2030. Estima que el precio del cobre, en dólares constantes del 2010, estaría en US$ 2.76 la libra en el 2017 y en 2.67 y 2.62 en el 2025 y 2030, respectivamente. El oro estaría en US$ 1,293 la onza en el 2017 y en 977 y 825 en el 2025 y el 2030. Estos pronósticos están lejos de los precios del “super ciclo”, cuando el cobre estuvo siempre cerca de los US$ 3.30 por libra y el oro los US$1,500 la onza. El BM pronostica también precios estancados para el plomo, el zinc y el estaño. Todo pronóstico es siempre un albur y nadie tiene una bola de cristal. Dicho esto, sí son una guía informada útil para los años venideros. En una situación como ésta, queda claro que la política económica de los países no puede ser la del piloto automático (no debió serlo, tampoco). Tiene que haber un cambio, tanto en la política económica para alentar la inversión (siempre puede haber nuevas inversiones mineras, pero los precios ya no acompañan como antes), como en las políticas de mediano y largo plazo. Veamos estas últimas. Uno de los dilemas centrales que enfrenta el Perú, así como otros países de la Región, es romper la trampa del ingreso medio y pasar a ser un país de ingresos altos (más de US$ 12,000 de ingreso promedio anual). El Perú hoy tiene US$ 6,500 anuales de ingreso promedio y, según el Banco Mundial (3), el PBI tendría que crecer al 6% anual durante 12 años para llegar a los US$ 12,000 per cápita. Pero estamos creciendo ahora al 3% anual (y quizá menos este año). Por tanto, superar la trampa se vuelve más complicado. Pero hay salidas y alternativas. Dice el Banco Mundial que “las políticas que nos llevaron a ser un país de ingreso medio no nos llevarán a ser país de ingresos altos”. ¿Cuáles fueron? Aquellas en que aprovechamos las ventajas comparativas estáticas (recursos naturales) y un nivel de competitividad debido a un grado de desarrollo menor (lo que incluye bajos salarios). Por tanto, para llegar a ser de ingresos altos (en los últimos 65 años solo 13 de 101 países se graduaron a ingresos altos) hay que avanzar en capacidad tecnológica, capital humano e instituciones necesarias para poner en marcha productos más sofisticados para competir con los países avanzados. Se trata, entonces, de lograr un crecimiento basado en ventajas comparativas dinámicas, que son resultado de políticas explícitas: se trata de infraestructura y educación, pero también de lograr la diversificación productiva y mejores instituciones. Y en eso estamos en regresión, pues el Ministro Giuffra está deshaciendo lo que se estaba avanzando con el Plan Nacional de Diversificación Productiva del ex - ministro Ghezzi (le llaman ahora, irónicamente, diversificación productiva "espontánea", pues proviene del libre mercado). Sin precios de materias primas al alza (por tanto, con poca inversión) y sin diversificación productiva, podríamos quedarnos en el ingreso medio por un buen tiempo. Los precios son exógenos, pero tirar al traste la diversificación no lo es. (1) Se puede ver el informe en: https://www.imf.org/es/Publications/REO/WH/Issues/2017/05/10/wreo0517 Ver el cuadro en la edición digital de La República (2) BM, Abril 2017, http://www.worldbank.org/en/research/commodity-markets (3) Banco Mundial, PERU: Aumentar la productividad para un crecimiento más rápido, Informe 99400-PE, 2015.