Si bien el ministro Thorne es el primero en entrar de lleno al juego político al haber pedido una cuestión de confianza sobre su cargo, el desenlace ya estaría cantado.Lo que pasa es que hay muchas especulaciones acerca de cómo el actual gobierno podría sobrevivir a la crisis política que ya pesa sobre todos, pero también algunas hipótesis están cada vez más cerca de ser reales y no son del todo esperanzadoras.El fujimorismo tiene asientos en el BCR, alardean de su mayoría absoluta en el Congreso, buscan su entrada a medios de comunicación y, lamentablemente, estarían a punto de ingresar -con otras camisetas- al Ejecutivo. Se habla, por ejemplo, del rol de Pedro Olaechea, quien es uno de los voceados a ocupar el cargo de Premier a partir del próximo 28 de julio y de otras figuras que reforzarán o al menos serán más amigables con el partido de Keiko Fujimori y sus requerimientos.El juego perdido de PPK no solo incluye tenderle la mesa a la actual lideresa naranja, sino que en su círculo de asesores más cercano ya se maneja la posibilidad de liberar a Alberto Fujimori. Vía indulto o vía decreto supremo, la amarga sorpresa se vería en las siguientes semanas.¿Cuáles podrían ser las consecuencias políticas de todo esto? Difícil adelantarse, pero sin duda habrá consecuencias sociales y serán muy graves. Multitudinarias marchas en contra de la medida y, por supuesto, en contra del gobierno, que seguramente responderá con represión. El mundo verá el rostro de PPK en la portada de todos los diarios y revistas: el hombre que liberó a un violador de derechos humanos por miedo.De todos modos, liberar a Alberto Fujimori solo colocaría a Kuczynski en el medio de dos bandos. Entre el fujimorismo, en el que nunca debió confiar, y el sector democrático al que estaría traicionando. El Presidente se quedaría solo, a merced de una vacancia. En fin, volviendo a la realidad, lo que tenemos en la práctica parece una rendición en el primer minuto del partido. El gobierno está agachando la cabeza y sucumbiendo a las amenazas de 72 personas sentadas en una curul. PPK está rindiéndose y traicionando el discurso por la democracia que lo llevó al triunfo en las elecciones del año pasado.Esta claudicación ante el fujimorismo quizás no esté tan clara para algunos funcionarios de PPK, o quizás es que la descoordinación es constante. Por un lado, la vicepresidenta Aráoz solicitaba ante la prensa una reunión urgente con Keiko Fujimori, mientras que, por el otro lado, Zavala dice que no hay temas de conversación entre el gobierno y los naranjas. Al final, PPK podría terminar siendo recordado por haber entregado el país a unos cuántos, ya no solo empresarios, sino a unos cuantos fujimoristas. Está en sus manos no dejar que esto suceda, cambiar su huella en la historia y enrumbar el destino del Perú.