El narcotráfico, secreto y remoto, no es difícil de olvidar. Cada tanto los trabajos del académico Paul Gootenberg ayudan a recordar y a precisar de qué trata todo el asunto. En esa línea acaba de difundir unas brevísimas “7 reacciones rápidas al Plan Estratégico Nacional de Devida 2017”, que pone en foco algunas limitaciones. Casi nada se salva en su relación de percepciones erróneas, cifras inexactas, estrategias fallidas, gastos contraproducentes, o resultados decepcionantes. Su ayuda-memoria no es una lista de hallazgos, sino más bien una relación de realidades que se conocen, al menos en el mundo de los estudios sobre el tema, pero rara vez se dicen. Lo más novedoso, si puede haber algo novedoso en el tema, son las preguntas, muchas orientadas hacia por qué persistimos en estrategias con tan pocos resultados. Por ejemplo por qué si se confía tanto en la interdicción (en oposición a otras estrategias, el porcentaje de alijos en el país es el más bajo en América Latina, y acaso el mundo. En cierto modo las reacciones de Gootenberg no son tanto al Plan mismo, sino sobre todo al conjunto de premisas en que está basado. Si hubiera que extraer una conclusión general, la nuestra sería que de tanto combatirlo, hemos ido cayendo en un desconocimiento del narcotráfico. El texto no lo dice, pero la idea es que no hemos aprendido mucho. En otras palabras, Gootenberg no está muy impresionado por el plan que ha presentado Devida, y sin duda su escepticismo se apoya en el conocimiento de otros planes anteriores. El texto trae propuestas, que merecerían debate. Eso sacaría el tema de la triste contabilidad de muertos en que se ha convertido. En efecto, Gootenberg hace notar que el Vraem ha sido convertido en una suerte de mundo aparte, donde se desarrolla una estrategia esencialmente militarista, uno de cuyos efectos es hacerles la vida aún más difícil a los campesinos. Gootenberg aporta algunos alcances que son mucho más que datos sueltos. La producción de cocaína está entrando a una Amazonía más profunda, con técnicas mejoradas. En Colombia erradicar un kilo de coca tiene un precio marginal mayor que el de ese kilo en las calles del norte. Las políticas de Donald Trump van a recortar la ayuda.