Abundan los intolerantes sin ningún sentido del humor.,Es lamentable que alguien que ha llegado tan alto en la jerarquía del estado, como el ojalá no por no mucho tiempo más contralor Edgar Alarcón, tenga una visión tan penosa de la libertad de expresión. Es lo que Alarcón demostró al enviarle una carta notarial al humorista Carlos Álvarez por la imitación que le hace a propósito del protagonismo lamentable que ha cobrado el contralor desde que se revelaron todos los desaguisados que ha cometido en la contraloría, al punto de convertir su despacho en una pulpería donde se negocia, infringiendo lo establecido para ese puesto, casi de todo. La caracterización realizada por el genial Carlos Álvarez es sobre un personaje llamado ‘Alacrón’. La verdad, este columnista nunca había visto la imitación hasta que Alarcón envió su carta y aparecieron algunos instantes de esta actuación que es, como todas las que realiza este artista, estupendas. Trataré de verlo pronto. Todo lo cual refleja, para comenzar, la idiotez cometida por Alarcón pues, gracias a su carta, ahora su imitación de ‘Alacrón’ se volverá realmente famosa. Lo mejor que pudo haber hecho fue quedarse callado y, como se lo recomendó ayer Álvarez, “dedicarle más tiempo a defenderse”. Pero lo hecho por el aún contralor –gracias al blindaje fujimorista– no solo es una idiotez (que, en fin, cada quien vive como puede), sino una amenaza a la libertad de expresión Alarcón insta a Álvarez a que se inhiba de seguir personificando a ‘Alacrón’. De lo contrario, lo denunciará porque se le pretende caracterizar como “una persona que participa en la comisión de comportamientos ilícitos o reñidos con la ética pública”. Con ello, Alarcón está amenazando con recortar la libertad de expresión de un artista, algo que debe ser rechazado de plano por todos. Lamentablemente, él no es la única persona en el estado con esa visión tan poco tolerante, sin sentido del humor, y de talante autoritario. Hace unos meses, por ejemplo, cuando la congresista fujimorista Lourdes Alcorta defendía con ardor en una radio los proyectos preparados por su agrupación para recortar la libertad de expresión en el país, como venganza por lo que creen que explica su derrota electoral, se quejó diciendo que no era posible que el caricaturista de La República Carlín se burlara de parlamentarios como ella dibujándolos como payasos. Prepotentes, poco democráticos y sin sentido del humor como Alarcón y Alcorta abundan, lamentablemente, en el estado peruano. Ante eso, la única respuesta debe ser más Carlos Álvarez, más Carlín.