Evaluación breve y fugaz de los protagonistas noticiosos.,Martín Vizcarra. Antes que su posición personal puso adelante el interés del gobierno y, al final, pagó las consecuencias. Su salida del gabinete se justifica como solución a la crisis política por el proyecto de Chinchero. No se dio cuenta a tiempo que era políticamente imposible sacarlo adelante con parches por aquí y por allá. Debió ponerse firme frente a PPK, hace unos meses, cuando no le aceptaron su renuncia. Miguel Torres. Se ve mal que el presidente de la comisión de Constitución se sume al coro naranja para pescar en río revuelto y bajarse a Vizcarra de la vicepresidencia. Que hasta Héctor Becerril lo haya corregido en público no habla bien de su ponderación para manejar asuntos que requerirían mayor rigor jurídico. Pedro Pablo Kuczynski. Eligió bien los relevos ministeriales por la salida de Vizcarra, pero él sale con la imagen quiñada pues, por un lado, mandó al vicepresidente al despeñadero; y, por el otro, su gobierno deja la imagen de una alta impericia para sacar adelante proyectos de inversión políticamente complejos. Víctor Andrés García Belaunde. Se fortalece su imagen como uno de los parlamentarios con más influencia, aunque esta se encamine principalmente a parar iniciativas antes que a promoverlas. Cuando él se opone a algo, lo más probable es que ese algo se trunque. Pero debiera afinar el olfato para no quedar como tonto útil de un fujimorismo desestabilizador. Edgar Alarcón. Desprestigio por la sensación generalizada de tener un contralor al que le quedan seis años en el cargo y que está dispuesto a todo, absolutamente todo, para no perderlo, incluyendo la penosa imagen de alinear los informes técnicos de la institución al interés de la mayoría parlamentaria y de bailar a su ritmo. Fiorella Molinelli. Si hubiera más funcionarios con su capacidad de respuesta, el gobierno se haría respetar mejor frente a la oposición. Fernando Zavala. Salió a responder al fujimorismo por su obstaculización al gobierno con planteamientos correctos pero tardíos. Luz Salgado. Le respondió al premier. Muy consolidada como una de las pocas voces fujimoristas con capacidad de tomar posición sin caer en barbaridades y excentricidades. Jorge Nieto. Su distancia de las críticas del premier al fujimorismo lo refuerza como alternativa en un gabinete amigable con la oposición. Bruno Giuffra. Tremendo encargo el que recibe con el proyecto de Chinchero, pero con la imagen de que puede sacarlo adelante, repensando mejor el diseño del contrato.