La ruptura del contrato para construir el aeropuerto de Chinchero abre nuevas posibilidades en el tema, y confirma algunas viejas. La obvia es que el gobierno asuma la obra, aunque para eso necesitará una empresa de construcción privada. Otra, que casi no tiene defensores, es olvidarse del proyecto e invertir en ampliar el aeropuerto del Cusco. En el tiempo que ha transcurrido desde que el sueño de Chinchero se puso en marcha algunos sectores del Cusco lo han pensado dos veces. Hoy hay sectores comerciales de la ciudad que han entendido la inconveniencia de fabricarse competidores (hoteles, restaurantes, tiendas) a muy pocas horas de distancia. La rivalidad entre la economía del Cusco y la que se desarrollará en torno de Chinchero, y la que crecerá en Urubamba y otros valles gracias a una mayor proximidad del aeropuerto, es una ruta crítica hacia el conflicto. Sin embargo hoy los propios cusqueños están entre los fans más decididos de Chinchero. Luego están los tiempos. Si la demora en producir una indispensable segunda pista en el aeropuerto Jorge Chávez significa algo, el paso de la maqueta a la realidad en las alturas de Chinchero es algo que este gobierno no va a conocer, y ojalá sí el próximo. Lo cual dará pie a nuevas movilizaciones en la región. El sector privado que conducía el proyecto introdujo la promesa, ciertamente atractiva, de que el nuevo aeropuerto será internacional. Lo cual debería significar más turistas en la zona. Pero el peso y los argumentos de los importantes intereses del negocio turístico de Lima no deben ser obviados en dicha propuesta. La cosa puede demorar mucho. Con la renuncia de Martín Vizcarra el tema de Chinchero se ha consolidado como una papa caliente política y como un generador publicitario, a donde concurren el Congreso, la Contraloría y los políticos de la región Cusco. Esto no va a cambiar en un tiempo previsible, y menos todavía con elecciones regionales-municipales a las puertas. Algo nos dice que los cusqueños harían mejor en esperar sentados la inauguración de un nuevo aeropuerto internacional en Chinchero. Aunque seguiremos viendo las presiones de quienes con claro ánimo especulativo compraron la tierra circundante al proyecto por unos cobres, y las de quienes esperan desguazar el actual aeropuerto del Cusco.Algo nos dice que los cusqueños harían mejor en esperar sentados la inauguración de un nuevo aeropuerto internacional en Chinchero.