Keiko Fujimori. El control del daño político causado por la reaparición del tema Alberto Fujimori no ha funcionado, y ahora a la ex candidata se le mueve el piso. No es un temblor, pero sí un aviso de problemas más adelante. Incluso sus fans deberán reconocer que esa imagen, a la que un aislamiento principesco no ha favorecido, necesita ser remozada. Kenji Fujimori. Su aprendizaje del quechua y sus repetidas apariciones en atavío étnico sugieren que se va a jugar un huachito por su cuenta en algunas elecciones regionales. ¿Dónde irá cuando el keikismo duro le pase la factura? La cuestión es si al padre le va a convenir una toma de partido abierta por alguno de sus hijos. ¿O intentará reconciliarlos? Alan García. Volvió al radar político. La ausencia de acusaciones Odebrecht contra él se viene traduciendo en una campaña de sarcasmo contra sus detractores. Los cambios de palabras más ácidos en las redes son entre él y Nadine Heredia. En medio de todo esto está claro que busca reflotar al Apra como una máquina electoral para el 2021, con él o sin él, dice. Julio Guzmán. Su persistencia lo ha traído de vuelta a las encuestas, con 30% de aprobación. El candidato se mueve buscando firmas e intercalando declaraciones moderadas en los debates. Como va la cosa, para el 2021 será una de las figuras menos zarandeadas por las acusaciones, nacionales o importadas. ¿Le conviene que su partido compita en las regionales, como anuncia? Ollanta Humala. La acusación de ser un militar asesino, incluso uno serial, ha opacado la historia de sumas que habría recibido para su campaña. Sus juicios van para largo, pero una amplia mayoría de la población ya está convencida de su culpabilidad. Los esfuerzos de Nadine Heredia por hacer política en redes no están pudiendo contra esa avalancha. Pedro Pablo Kuczynski. Terminó siendo mejor político de lo que parecía al comienzo. A la gente le gusta ver al Ejecutivo trabajando con el casco puesto, y PPK tiene el estilo de ingeniero de obras capaz de cosechar esa buena disposición. A diferencia del 2016, esta vez no hace campaña vehemente en defensa de sus dos carteras en peligro.