Esta semana, la doctora PhD en Genética, Gisella Orjeda, renunció a la presidencia del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec), análogo a un ministerio de Ciencia. Con su gestión, por primera vez en el Perú, se diseñaron lineamientos de políticas públicas de promoción de investigación científica, tecnológica y de innovación. Pero los carroñeros de la ignorancia no tardaron en aparecer y desde el año pasado la bancada fujimorista estuvo presionando por su salida, le armó un expediente con acusaciones infladas y sin sustento (de las 22 irregularidades administrativas 18 han sido totalmente desvirtuadas y las otras están en camino https://goo.gl/BXOPSb). El fujimorismo fue tan poco discreto en sus intenciones de obstruir el titánico trabajo que venía realizando el Concytec que al mismo tiempo presentó un Proyecto de Ley (https://goo.gl/0k6IFB) para que el presidente de Concytec sea elegido por el Congreso (o sea por el fujimorismo) y para reducir de 20 años a 10 los años de experiencia en investigación científica el requisito para el puesto. Orjeda, PhD en Genética por la Universidad de Birmingham (Reino Unido), fue investigadora del Instituto Genoscope de Francia donde reconstruyó el mapa del cromosoma XII del arroz y colaboró en su secuenciamiento. Tiene investigaciones de genética y clonación en agricultura y ha sido profesora-investigadora y jefe de la Unidad de Genómica de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH). Pero no solo Orjeda es una reconocida investigadora científica sino que su gestión en Concytec logró que el MEF entendiera por fin la importancia y urgencia de la ciencia para el desarrollo y futuro del país; les habló en su idioma, presentó lineamientos para la inversión y fomento con metas precisas y medibles, con indicadores, con investigaciones que atendieran problemas específicos del Perú, sociales, de salud, agricultura, contaminación, etc. y realizó toda una reingeniería a favor de la comunidad científica peruana, organizando la base de científicos, sus publicaciones, logros e investigaciones. Por eso, cuando en diciembre del año pasado Zavala le negó el presupuesto para la base bibliográfica científica (indispensable para todo investigador serio), Orjeda sintió que la presión fujimorista tomaba otras dimensiones. Ella presentó su renuncia pero Zavala le pidió quedarse y prometió apoyar sus propuestas. Solo para aceptar su renuncia cinco meses después y cuando solo faltaban 3 meses para que culmine. ¿Qué hay detrás? Meses atrás vimos asqueados cómo a pura fuerza bruta la bancada fujimorista expectoró al ministro de Educación, Jaime Saavedra, vapuleándolo e invento cargos. Jugando en pared con el aprismo intentaban echarse abajo la nueva Ley Universitaria. Con más de una decena de congresistas vinculados a universidades (fujimoristas y apristas https://goo.gl/AKILSB), mucho dinero corre en el ¨negocio educativo¨ de las universidades mercantilistas que roban a las familias peruanas sus ahorros y sueños ofreciendo pésima calidad de enseñanza. El Apra presentó un proyecto de ley (https://goo.gl/4i7BtB) para que solo las nuevas universidades estuvieran obligadas a licenciarse bajo los rigurosos estándares de la nueva ley, y para que los miembros del Consejo Directivo de la SUNEDU (quienes dan los parámetros de licenciatura y fiscalización de las universidades) fueran elegidos por los rectores, es decir, que eligieran a sus celadores. Fracasaron en ese intento y optaron por deshacerse de Saavedra, debilitar lo avanzado y horadar a través de la Sunedu. En ese nuevo escenario Gisella Orjeda era una piedra en el zapato. Como presidente de Concytec, ocupaba un lugar en el Consejo Directivo de Sunedu desde donde ha sido implacable en la rigurosidad de los estándares para la licenciatura de las universidades(https://goo.gl/SRekkl). Se detectó que algunas amañaban sus puestos en el ranking usando investigaciones que no les eran propias o que ¨alquilaban¨ investigadores para acreditar más investigaciones a favor de sus universidades y estar mejor rankeadas. Para el proceso actual de liceciamiento de las universidades peruanas, Orjeda era una piedra en el zapato de quienes quieren seguir lucrando a costa del futuro profesional de los peruanos. Gisella se fue y con ella se pierde a una gran profesional, comprometida hasta los huesos con la ciencia como motor de desarrollo. Logró multiplicar el fondo original de 15 millones de soles de Concytec a 130 millones (con proyección de llegar a mil millones). Se otorgaron más de 1500 cofinanciamientos para investigación, un centenar de científicos fueron becados para obtener un PhD en el extranjero y un millar para maestrías en Perú. También impulsó la ley 30309 de beneficios tributarios a empresas que invierten en I+D+I (https://goo.gl/PE17nC). Aun queda mucho por hacer y la valla queda alta. Debemos estar atentos a que quien la reemplace no deshaga lo avanzado y continúe el necesario ensanchamiento de la ciencia y la investigación en el Perú. Y ojo con el proceso de licenciamiento de universidades. Que los buitres politicos, ignorantes supinos, no entorpezcan la generación y expansión del conocimiento que beneficia a la patria y sus ciudadanos.