El tema de la excarcelación de Alberto Fujimori se niega a desaparecer, con varias fórmulas dando vueltas. A keikistas y albertistas el proyecto de arresto domiciliario les disgusta por igual, aunque tal vez por distintos motivos. Algunos fujimoristas incluso consideran a la aparición del tema excarcelatorio una desalmada maniobra política del gobierno. La ministra de Justicia ha declarado que existen vallas serias para un indulto presidencial, en la forma de una serie de requisitos médicos y procesales. No se sabe si esto significa que ella está a favor del proyecto domiciliario, o si solo quiere sacarle las papas del horno a Pedro Pablo Kuczynski con sucesivas dilaciones. Pero hay un artículo de la Constitución que es claro sobre el tema: le corresponde al Presidente de la República la atribución de “Conceder indultos, conmutar penas, ejercer el derecho de gracias, etc”. No cabe por ello duda que el indulto es una atribución que la Constitución le otorga al Presidente, sin recortes. Esta atribución o privilegio le permite, según la mejor doctrina, suprimir o disminuir la pena, y es un acto de generosidad tradicionalmente reconocido. Por eso ya Las partidas de Alfonso X el sabio, siglo XIII, ya consideraban al indulto un acto diferente de la amnistía. El indulto solo extingue la pena, la amnistía borra los efectos del delito. Por eso, el indulto es un acto político, que en la antigüedad correspondía al soberano y que hoy es atribución del jefe del Estado. Es frente a esto que se encuentra Alberto Fujimori desde hace varios gobiernos. Por ello solo y únicamente le corresponde al presidente evaluar ante su propia conciencia política si ejerce o no esa atribución, y en qué momento, grado, forma y modo ejecutada. Se trata hoy, nadie puede dudarlo, de un acto político que realizado o evitado, es de singular importancia para el futuro de la marcha política del país. La historia política nos recuerda cómo esta atribución ha sido ejercida en el pasado. Sin ir muy lejos el presidente estadounidense Bill Clinton lo hizo al término de su mandato en favor de un conocido empresario, Mark Rich. PPK puede considerar que indultar le conviene, o no. Pero la decisión está en sus manos, y no en las de leyes o reglamentos.