La cartelera del momento

Choque entre liberales y conservadores sobre el Perú.,Uno hubiera esperado que la agenda pública estuviera dominada por la reactivación económica, la inseguridad, o la corrupción, pero estos han sido desplazados, por ahora, por el currículo. Eso no sería necesariamente malo. Por el contrario, sería estupendo que la calidad de la educación se ganara el foco ciudadano. Pero eso no es lo que, realmente, se discute hoy, sino, usando como pretexto al currículo, el espíritu general que debe tener la sociedad peruana. Por un lado, está el enfoque que pretende construir un país integrado entre gente tolerante y sin prejuicios, que valora las diferencias como factor que potencian a una sociedad, Por el otro, el que interpreta que el currículo del Ministerio de Educación auspicia ‘la ideología de género’, una especie de promoción de la homosexualidad. Este lado quiere establecer una única manera de ser, estar y comportarse, para asegurar el progreso y la estabilidad. El lector frecuente de esta columna sabe que la misma está claramente a favor de la posición expresada en el currículo nacional, y en contra de la ideología de género, por considerar que se trata de un invento sin apego con la realidad y que, en realidad, es el caballo de Troya de un asunto mayor. Este no es otro que el que enfrenta a liberales y conservadores, el cual se inscribe dentro de una tendencia global pues ocurre en muchos lados, con pretextos distintos, pero discutiendo en el fondo lo mismo: tolerancia a las diferencias, libertades individuales, papeles del Estado y de la iglesia, proteccionismo, racismo, entre muchos otros. En varios sitios se ha producido un resurgimiento del conservadurismo: Donald Trump, Brexit o el avance de candidaturas europeas conservadoras y hasta racistas. Los conservadores locales creen que el Perú se les fue de las manos en los últimos años, y que ha llegado el momento de recuperar terreno y de reinstalar el ancien régime al que se aludía hace poco en esta columna, a través del control de ámbitos como la educación o los medios que, entre otros espacios, les permitan, finalmente, ‘ordenar y corregir este país’. Pero no será sencillo, pues, a diferencia de lo que algunos creen, hay de todo en todos lados, pues hay conservadores y liberales entre políticos, empresarios, religiosos, periodistas, etc. El pronóstico es, por ello, incierto. Este debate es relevante aunque lo más probable sea que, antes de lo que se piensa, la ciudadanía exija que se reponga en la cartelera lo que más le interesa: seguridad ciudadana, reactivación, empleos y anticorrupción.