Fujimoristas no aprendieron nada, no olvidaron nada.,Fuerza Popular cometió su peor error desde que empezó el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski al demostrarle a todos, con la censura a Jaime Saavedra, pero, principalmente, por la prepotencia con que lo hizo, que sigue siendo el mismo de siempre, con los mismos defectos del movimiento original fundado por Alberto Fujimori, algo que le podrá servir para rayar la cancha política para que quede claro que ellos cortan el jamón pero, pensando en una perspectiva más amplia, la de las elecciones 2021, lo ocurrido es un baldón que podría propiciar su tercera derrota electoral consecutiva. Hay consenso dentro y fuera del país en que así es. Alfredo Torres, por ejemplo, opinó en El Comercio que lo hecho por el fujimorismo califica como una ‘victoria pírrica’ debido a que el costo de lograrla ha sido tan grande que no se corresponde con el beneficio conseguido. El ‘beneficio’ fue sacar al gabinete a quien era percibido como su mejor integrante, mientras que el ‘costo’ no es otro que consolidar la imagen de autoritarismo propio del fujimorismo original y que se quiso empezar a cambiar con el discurso de hace una año de Keiko Fujimori en Harvard. No es el único que piensa de ese modo. Alberto Vergara escribió en un artículo publicado en la edición digital de The New York Times en español, que luego de una campaña electoral en la que Fuerza Popular realizó varios actos indebidos que fueron un déjà vu de los años noventa, en las últimas dos semanas profundizó un comportamiento prepotente que hizo comprobar “cuán acertado fue no entregarle el país”. A su vez, Rosa María Palacios escribió aquí en La República el domingo, a propósito de la prepotente censura a Saavedra, que “la vergüenza para el supuestamente nuevo fujimorismo es que no solo no es nuevo, es una versión empeorada en mentir, difamar e insultar”. Lo mejor que podía hacer en este lustro Fuerza Popular era desarrollar una oposición al gobierno pero en tono constructivo, no con la chaira en la mano, con el fin de tender puentes con el sector de la ciudadanía que dos veces impidió que Keiko Fujimori llegara a Palacio de Gobierno. El comportamiento institucional lamentable del fujimorismo de las últimas semanas, su faenón contra Saavedra, lleva a decir de esta agrupación lo que Talleyrand dijo de los borbones cuando regresaron al poder después de Waterloo: “No aprendieron nada, no olvidaron nada”, y eso hizo que no estuvieran mucho tiempo en el poder tras su regreso.