La muralla china contra el tránsfuga

Mejor atacar el origen de las renuncias a los partidos.,El fujimorismo cometería un error si creyera que puede construir una muralla china para evitar que se reduzca su imponente mayoría parlamentaria, como acaba de suceder con Yeni Vilcatoma, mediante una ley que castigue al tránsfuga. La preocupación no es exclusiva de Fuerza Popular, pues PPk o el Frente Amplio, por hablar de las bancadas más grandes, viven tensiones que podrían acabar en fuga de talentos. Las respuestas siempre han sido iniciativas legislativas para sancionar al que decida dejar el partido con el que llegó al Parlamento, como la del fujimorista Edwin Vergara. Si bien es importante promover la cohesión partidaria para evitar la fragmentación, estas recetas apuntan en la dirección equivocada pues no corrigen el origen del problema. El tránsfuga es políticamente incorrecto, con mala prensa, pero no debe perderse de vista que, a veces, irse del partido es la única salida para quien tiene la legítima aspiración de hacer política en un contexto de partidos débiles, mangoneados por unos caudillos sin voluntad democrática, y que no ofrecen eso que se valora en una empresa: línea de carrera. La mala imagen del tránsfuga en el Perú es que se asocia a los congresistas que, en peso, compraba el fujimontesinismo, pero no hay registros de que ese motivo siga vigente. Lo que hay, más bien, es el deseo de hacer política pero con organizaciones caudillistas sin más interés que servir de plataforma para que el cacique llegue al puesto que ambiciona, y sin ofrecer incentivos para que sus miembros –con la excepción de los alineados servilmente con el jefe– sientan que les conviene permanecer en el partido en el largo plazo. Por ello, el congresista siente que su principal nexo no es con el partido en el que está inscrito sino con el colectivo que lo eligió. Esto haría que sea condenable que un político termine en bancadas con las que ha tenido una trayectoria antagónica pero no con los que le pudieran ayudar a mantener ese nexo. El transfuguismo es, finalmente, la expresión de la falta de partidos políticos reales, y antes que dedicarse a construir murallas chinas para impedir el desbande, se debería explorar mejor las razones del éxodo. Por ejemplo, por qué el PPC o el Partido Nacionalista, por dar dos ejemplos, han sido incapaces de retener a sus miembros. En el fondo, el tránsfuga no es otra cosa que la expresión estridente de la demora en realizar la reforma política y de los partidos en el Perú. Mejor empezar por ahí.