Una primera lectura de los resultados desde el punto de vista territorial es que los triunfos de Pedro Pablo Kuczynski (PPK) en Tacna, Arequipa, Cusco y Puno fueron fundamentales en su victoria sobre Keiko Fujimori (KF). El sur jugó un papel de primer orden. Si se suman las diferencias que PPK logra en cada una de estas cuatro regiones sobre KF, esta alcanza a ser de 778.901 votos, mientras que si se suma las diferencias a favor de KF en cuatro regiones del norte (La Libertad, Piura, Lambayeque y Tumbes), estas alcanzan a 604.463 votos. El sur le gana al norte por 144.438 votos. El otro dato importante es que el triunfo de PPK en el sur, si usamos como referencia la diferencia entre ambos candidatos, se debe fundamentalmente a la alta votación que obtiene en las capitales de esas regiones. El triunfo en la provincia de Arequipa representa el 83,82% de la diferencia de votos en esa región. Igual sucede en Cusco, donde la capital representa el 84,44% de la diferencia a su favor; en Tacna, la votación, también en la capital, representa el 93,92%. Con KF el aporte de las capitales de esas regiones es menor. Así tenemos que la provincia de Piura representa el 38,4% de la diferencia que KF logra respecto a PPK. Igual sucede en la Libertad. Trujillo representa el 36,7% de la diferencia entre ambos candidatos. Podríamos decir con propiedad que la llamada y discutible “nueva clase media emergente” no limeña votó a favor de Kuczynski ganando cómodamente en esos lugares en la segunda vuelta, mientras que los electores de las zonas rurales, pobres y de menor desarrollo votaron por Keiko Fujimori. A pesar de este resultado, desde el punto de vista del peso poblacional, todavía la principal arena de batalla sigue siendo Lima. En efecto, este departamento no solo expresa un poco más del 36% de la población electoral que asistió a tomar sus decisiones ante el ánfora, sino que además concentra la clase media de mayor tamaño del país. En esta región, mientras que Keiko Fujimori logró atraer los votos de un poco más de 800 mil ciudadanos adicionales a los que votaron por ella en la primera vuelta, PPK captó a más de un millón 430 mil votantes en adición a los que ya habían votado por él en la primera vuelta. Un crecimiento de alrededor de 85% contra el 35% de aumento de su competidora. Con claridad, el incremento de votos a favor de PPK en Lima fue mucho más veloz y mayor que el de KF durante la segunda vuelta. Este rápido aumento le valió una ajustada victoria por apenas 15 mil votos que fueron posibles por la masiva expresión de rechazo al fujimorismo en las calles y al dinamismo de las redes de comunicación modernas a las que Lima accede con mayor volumen que el resto del país. No está de más decir que la votación por PPK, en Lima región, repite el mismo patrón que encontramos en el sur. Por eso no es extraño que haya habido una diferencia marcada entre Lima como departamento y Lima Metropolitana. Mientras que en las provincias no pertenecientes a la ciudad capital los resultados electorales han sido claramente favorables a Keiko Fujimori, quien gana en todas las provincias, Lima Metropolitana inclinó la balanza a favor de Pedro Pablo Kuczynski. Los distritos que destacaron en su contribución a su victoria sobre el conteo a favor de Keiko, son Surco, Miraflores, La Molina y San Miguel. De estos distritos, el primero se caracteriza por ser un territorio de clase media-media con una población electoral que supera los 250 mil electores. Pero desde el punto de vista poblacional, el escaso margen de victoria en distritos de la nueva y vieja Lima fue crucial para colocar a PPK en el sillón presidencial: Cercado, San Martín de Porres, Los Olivos y Rímac. Por su parte, Keiko ganó en los distritos más populosos y populares ubicados hacia el Este y hacia el Sur de Lima, como San Juan de Lurigancho, Villa El Salvador, Ate, Villa María del Triunfo, los que se convirtieron en baluartes del fujimorismo. Estos datos muestran que los llamados sectores más urbanos y de clase media votaron a favor de PPK mientras que los sectores más pobres y rurales, a favor de Keiko Fujimori, antiguos bastiones de la izquierda y hasta hace unos años del nacionalismo. Por eso, una tarea de las fuerzas progresistas es cómo recuperar políticamente estos sectores que hoy están en manos del fujimorismo. (*) Parlamentario andino