El Apra parlamentaria se ha ofrecido como una bisagra entre el gobierno y la oposición fujimorista. A primera vista es una propuesta razonable. Los apristas dividieron su votación entre los dos candidatos. No llega a ser una imparcialidad, pero igual pueden ser bien vistos en los dos lados, y operar en ambos. Lo que el Apra parece estar haciendo es proclamar una suerte de neutralidad, la cual entraría a tallar sobre todo en los momentos de choque entre el oficialismo y su principal oposición. Un importante elemento para esto sería su experiencia parlamentaria, un tipo de activo que no abunda en el nuevo Congreso. En la propuesta viene implícita la esperanza del Apra de mantenerse en una sola pieza. Sin embargo entre sus propios congresistas electos que visitaron en bloque a Pedro Pablo Kuczynski hay algunos rencores fuertes. Por ejemplo el de Luciana León, que declaró ex dirigentes y muertos vivientes a sus colegas. La propia decisión de Alan García de visitar a PPK y presentar su saludo por su cuenta no puede ser atribuida exclusivamente a un prurito jerárquico. Tampoco su declaración de que no venía a pedir un cargo, que se puede leer como que no tiene intenciones de hacer de pública bisagra para nadie. El puñado de congresistas del Apra fue la eficaz punta de lanza de los opositores de derecha en la disputa con el oficialismo. Inicialmente los colocó en ese rol la megacomisión armada para perseguir a García, y luego las cosas se fueron intensificando. Hacer de bisagra entre Ejecutivo y Legislativo sería un papel nuevo. Mientras tanto están las cuestiones de la derrota electoral, los supuestos muertos vivientes, y las perspectivas del 2018. Los cinco congresistas y el ex candidato presidencial acaban de mostrar que gozan de buena salud, y que no tienen problema para moverse más o menos en la misma dirección. Pero la incógnita sobre por qué luego de tantos años junto al fujimorismo se dividió la votación del partido, al extremo de que la dirigencia tuvo que abdicar de su papel orientador, no está resuelta. El asunto no es menor, y en un momento de confrontación se les puede oxidar la bisagra.