En ningún país del mundo el programa de gobierno de un candidato le hace ganar una elección. Ni en los países avanzados cuyos ciudadanos son más educados e informados el programa es decisivo para tener éxito electoral. Los programas son orientaciones generales para gobernar, pero no para ganar elecciones. Los programas ayudan, pero no son decisivos. Entonces, ¿cuál es la clave? Como muchas cosas en la vida, la confianza parece ser decisiva. No hay democracia sin confianza. Tampoco crédito ni desarrollo. La sociedad misma no es viable sin un mínimo de confianza que nos permite hablar de “nosotros” o, al menos, tener una convivencia aceptable. ¿De qué depende la confianza en una elección de candidatos a la Presidencia de la República? Hay varios factores, pero destaco los más importantes. 1. En primer lugar, el candidato es el eje de la confianza, sobre todo en un país sin partidos. Su formación académica y política en centros académicos de calidad del Perú y del extranjero. El conocimiento y la visión del país que le permitan formular propuestas adecuadas. Sus capacidades para enfrentar desafíos y problemas, encontrar las soluciones más pertinentes y tomar las decisiones más eficaces. Su integridad moral probada y su disposición a manejar los asuntos públicos con transparencia. Su empatía con los más necesitados del país y un cierto carisma que le permita tener seguidores que confían en él. 2. Un equipo de gobierno de primera, formado en las mejores universidades del mundo, que haya tenido experiencia en el manejo de organizaciones privadas o públicas, que sepa tomar decisiones que resuelven los problemas que enfrenta, que inspire confianza no solo a los empresarios sino también a la gente de a pie. 3. Ante la ausencia de partidos, que tenga el respaldo, no de los poderes fácticos que velan solo por intereses mezquinos y que tienen recursos para defenderse solos, sino de las organizaciones y asociaciones de la sociedad civil y de los ciudadanos de a pie. 4. El conocimiento y la habilidad en el manejo de las funciones y capacidades de la compleja macroestructura estatal. La comprensión de los actuales límites del Estado y de la necesidad de reformarlo para desarrollar las capacidades que permitan cumplir bien las funciones que tiene. 5. El conocimiento y el manejo de las situaciones difíciles del complejo mundo globalizado. Conversando con mi amigo Balo Sánchez León sobre quién debería ser ministro de Economía y Finanzas, cuando triunfó Humala, me hizo la pregunta precisa: ¿A quién le pedirías que guarde tu billetera? Esta es la pregunta que PPK tiene que hacer a la teleaudiencia en el debate del domingo, previa exhibición contundente del prontuario de la señora KF. Yo no entregaría mi billetera a la señora KF porque ella es capaz de negar que la recibió con la mayor seriedad del mundo. Su cinismo no tiene límites. Miente sin pestañear. Es capaz de acuchillarnos con una sonrisa. Habla con desparpajo de corrupción como si se tratara de otros. Estoy seguro de que PPK me la devolvería con más o menos plata, dependiendo de la tasa de interés en el mercado.