Cada vez más gente la ve como una solución para moverse por la ciudad, y está tomando el timón. Las bicicletas se están multiplicando, pero su presencia sigue siendo complicada en Lima. Sirve para sortear la lentitud del tráfico motorizado, pero a la vez lo padece. Todavía hay muchos lugares donde es casi suicida aventurarse pedaleando. Todavía no estamos en el ranking mundial de ciudades ciclistas. Pero gracias a las alcaldías más cívicas y modernas cada vez más las ciclovías, los circuitos de paseo, los horarios exclusivos, las islas de estacionamiento e incluso los puertos para alquilar bicicletas al paso, van ampliando la infraestructura del ciclismo en la ciudad. Ciertamente hay resistencia, sobre todo de parte del parque automotor ahora obligado a ceder espacios a otra forma de desplazamiento. También para los peatones en muchos lugares el paso de las bicicletas exige otro tipo de atención, en un espacio urbano más compartido. También hay ciclistas irresponsables, y las bicicletas pueden atropellar. Entre las ventajas: son baratas; en una distancia media en el corazón urbano se puede, y suele, llegar antes que por otros medios; hay efectos positivos para el bolsillo y para la silueta; hay un sentimiento de libertad que viajar dentro de un automóvil o bus no da; los beneficios para la salud son una lista larguísima, por momentos casi mística (como sucede con la natación). Entre las desventajas: mayor exposición a los accidentes en entre choferes que a veces ven en el ciclista una molestia, o incluso un enemigo; el asiento puede llegar a ser incómodo; a no todos les sienta bien el casco; hay destinos donde es imposible estacionar una bicicleta, y los robos son frecuentes; pedalear con ropa de trabajo puede ser complicado ciertos días. Pero el balance es positivo, como lo demuestra el avance de las dos ruedas en el mundo. El índice de las ciudades más amigables a la bicicleta se parece mucho al índice de la calidad de vida en general, con las ciudades europeas invariablemente en los primeros lugares. Copenhague desplazó a Ámsterdam como N°1 en el 2015, luego de años en segundo lugar. En América Latina por años solo Río de Janeiro integró esa lista. En el 2015 fue desplazada por Buenos Aires. Con suficientes alcaldes distritales dispuestos, Lima puede entrar a esa honrosa relación.