En los últimos días, una interesante investigación y la primera encuesta de IPSOS han ofrecido datos y análisis sobre el punto de partida entre los contendientes de la segunda vuelta. En primer lugar, la encuesta de IPSOS afirma que PPK parte como favorito, con una ventaja de 44% a 40%. Como Keiko no se ha movido un centímetro de su resultado de primera vuelta y PPK ha más que duplicado esa votación, la explicación es compleja. Por un lado, el rechazo a Keiko ha subido tremendamente, debido a las marchas y campañas en redes que la han aislado del centro, dejándola rodeada exclusivamente por sus partidarios. Ello ayuda a entender la exasperación y prepotencia que van ganando los modales del grupo e incluso de su candidata. Por otro lado, PPK habría recibido una corrida muy significativa de todos aquellos que votaron por alternativas distintas a Keiko. Es decir, casi todos los votantes de Barnechea y buena parte de los de Vero ya decidieron por PPK, puesto que antes que todo son antifujimoristas. La vieja y peruanísima ley del anti será también el ingrediente principal de esta segunda vuelta. Pero una investigación de Marco Sifuentes en Útero permite mirar el partidor desde otro ángulo. Son mapas electorales por distrito y no agregados por región. En ellos aparecen las dificultades de PPK para ganar la segunda vuelta. Para empezar, de los aproximadamente 1,800 distritos del país, Keiko ha ganado en 1,024; Verónika en 628; Goyo en 118; y PPK solo en 46. Ahí se hallan las fuerzas ocultas de esta carrera. Keiko ha ganado en más de mil y PPK en menos de cincuenta. De aquí se desprenden dos puntos. Primero, el FA es largamente la segunda fuerza territorial, como bien sostuvo Verónika y no entendió mi buen amigo Ghibellini. Es decir, el FA tiene mayor presencia en el territorio que todas las otras fuerzas, salvo el fujimorismo. En distritos ganados, el FA supera a PPK por doce a uno. El segundo punto es una proyección a futuro. ¿Puede PPK sostener la ventaja inicial que le otorga IPSOS?, ¿quién tiene mayores posibilidades de ganar a los que aún no se deciden y al 25% que suman quienes no fueron a votar o votaron en blanco o nulo? Para empezar, Sifuentes muestra que la votación de PPK parece calcada sobre la de famosos derrotados en las urnas: él mismo en la elección anterior y Lourdes Flores en las dos presidenciales que ha perdido. El eterno perdedor es aquel que no se conecta con el resto del país. Vive en una burbuja. Mientras Keiko obtuvo su mejor resultado en el distrito de Yurúa, Ucayali con 97%, Vero lo consiguió en Sarhua, Ayacucho con 89%, y PPK en San Isidro con 65%. Ya de por sí llamativo, y además hay un asunto de clase que hace que solo candidatos de centro, como FBT o Toledo, logren ganar tanto en San Isidro como en el país. Todos los demás que ganaron San Isidro perdieron el Perú. Ahora bien, ¿puede Vero ayudar decisivamente a PPK? En primer lugar necesitaría una elevadísima capacidad de endose. Y no la tiene, porque su electorado actuará en libertad y aparentemente ya empezó a decidirse. ¿Acaso esto significa que el FA apoye la llegada al poder de Keiko? No; el FA ha expresado a través de sus voceros que el fujimorismo es más autoritario y clientelista que PPK; constituyendo un gran peligro para la continuidad de la precaria democracia nacional. Sería preferible un gobierno de PPK, pero tiene que obtenerlo por sí mismo, sin alianzas con fuerzas disímiles que son rechazadas por el electorado. Termino aquí para expresar mi solidaridad con Rafo León y pedir junto a mis colegas que la opinión periodística sea excluida de las causas penales, porque la libertad a este respecto constituye un pilar de la democracia. En muchos países, las causas de prensa solo pueden verse en tribunales civiles y, como en casi todo, el Perú se ubica en la retaguardia conservadora del planeta.