• A medida que ella fue subiendo en las encuestas se empezó a perfilar también la imagen de lo que podría significar un Ejecutivo del Frente Amplio, controlado por el partido Tierra y Libertad, sin mayoría en el Congreso, además. En ese momento la evidente simpatía de la candidata empezó a ser contrapesada por temores prácticos e ideológicos. • La parte del país donde ese contrapeso ha sido más débil ha sido el sur andino, donde la suma de votos disponibles es menor que la suma del resto del país. Así, la plaza fuerte radical de Mendoza terminó siendo también su cerco. Que Pedro Pablo Kuczynski ganara en Arequipa fue decisivo para el desenlace. • Cuando las encuestas empezaron a revelar que Keiko Fujimori es derrotable en una segunda vuelta, cada vez más personas entendieron que quien tenía más posibilidades de ganarle no era Mendoza, sino Pedro Pablo Kuczynski. En ese momento el izquierdismo empezó a ser minado por el antifujimorismo. • La izquierda no humalista venía de un desierto electoral. No había realmente un electorado establecido en esa posición desde la era de Alfonso Barrantes. Llegar desde cero hasta hacer la revolución en las urnas era, pues, un camino largo de recorrer, con un número limitado de votantes realmente dispuestos a hacer el trayecto. • La división de la izquierda jugó un papel. No es seguro que todo el 3%+ de Gregorio Santos hubiera votado por Mendoza, pero es una idea a tomar en cuenta. Además hace pensar en cuántos votos perdió Mendoza por el rol pasivo que asumieron otras dirigencias de izquierda, que fueron a la marcha del cinco de abril, pero nunca a los mítines del FA. • Mendoza tuvo un momento de auge como el rostro más nuevo de la campaña: fue con la salida de Julio Guzmán y César Acuña que empezó realmente su ascenso. Pero la enérgica campaña de Alfredo Barnechea, con propuestas centristas, le quitó a la candidata parte de la pátina de novedad, y de paso puso en el mercado una suerte de izquierdismo sin mayor riesgo. • Por último, es evidente que Mendoza se fue radicalizando a medida que avanzaba la campaña. En parte por considerar que allí estaban sus votos. En parte por el fragor de la contienda. ¿Se radicalizó demasiado? ¿O demasiado poco?