Actualmente el escenario electoral peruano es muy competitivo. Arriba, existen cinco candidatos presidenciales (Keiko Fujimori, César Acuña, Julio Guzmán, Pedro Pablo Kuczynski y Alan García) que concentran cerca del noventa por ciento del voto. El diez por ciento restante se lo reparten los otros trece aspirantes. Ahí está ubicado, por el momento, Alfredo Barnechea. ¿Cuáles son sus opciones de crecimiento? Yo siempre he dicho que en el Perú hay una gran demanda de cambio, lo cual representaba un espacio para que alguien de segunda línea crezca. Ahí tienes los casos de Acuña y de Guzmán. Ambos suman, aproximadamente, unos 20 puntos, según las encuestas. En ese contexto, tengo la impresión de que alguno de los que se ubican en el grupo de los más pequeños (Verónika Mendoza, Daniel Urresti, el propio Barnechea) podría emerger. ¿A qué me refiero? A que en las siguientes semanas, dependiendo de cómo lleven adelante su campaña, uno de ellos podría sumar unos tres o cuatro puntos de intención de voto, que los empezaría a diferenciar del resto. Eso, como es lógico, va amarrado de una mayor atención de los medios, lo cual ayudaría a hacer más conocidas las propuestas del candidato. Específicamente sobre Barnechea, tiene a su favor varias cosas: su liderazgo, su oratoria articulada, su cercanía a los medios, entre otras. Teniendo en cuenta, además, que el voto ideológico más hacia la izquierda no se ha canalizado todavía en una candidatura viable, Barnechea –que recoge banderas progresistas, como la instauración de un estado de bienestar, por ejemplo– podría empezar a ocupar ese vacío. Se esperaba que, inicialmente al menos, Mendoza se ubicara allí, pero no supo aprovechar su oportunidad, a pesar de que cuando lanzó su postulación tuvo una buena atención pública desde los medios. En resumen, la oportunidad de Barnechea –que es un candidato interesante– creo que pasa porque pueda, en estos días que vienen, desprenderse de los demás candidatos pequeños, para empezar a tener una mayor presencia. Si quiere hacerse sentir, deberá ser más creativo. *Luis Benavente. Analista político.