Estados Unidos. Dramático testimonio de un sobreviviente que logró ocultarse pero igual recibió cinco tiros.,Felipe Marrero despertó en una cama de hospital aún con la idea de que olía a pólvora, casi una semana después de la masacre en el centro nocturno Pulse de Orlando. Esa es apenas una de las maneras en que el hombre de 30 años sufre tras haber recibido cuatro disparos en la espalda y el brazo izquierdo durante el ataque del domingo pasado. PUEDES VER: Difunden primer video del momento del tiroteo dentro de discoteca de Orlando | VIDEO “Es el mismo olor del club esta noche”, declaró Marrero. La balacera dejó 49 muertos y más de 50 heridos. El agresor, Omar Mateen, de 29 años, también murió durante un tiroteo con la policía. Marrero dijo que estaba por irse del club a las 2:00 de la mañana del domingo cuando estalló la balacera. Se encontraba cerca de la puerta principal, cerca del agresor, por lo que no pudo huir por la única salida del club. Cayó al piso. Su amigo, Luis Vielma, que estaba parado junto a él, murió a tiros. Marrero alzó el extremo de un sofá cerca de donde se encontraba tirado y colocó su cabeza debajo. “Me cubrí, y me quedé tirado en el piso durante por lo menos 30 minutos tratando de no hacer ningún movimiento repentino”, recordó. “Simplemente trataba de hacerme el muerto”. Pasaron otros 30 a 40 minutos. La gente gritaba. La cabeza de un hombre tirado a su lado había sido reventada a balazos. Había cadáveres por todas partes, entre ellos el de su buen amigo Luis. “Y el olor en el lugar era horrible —como de pólvora— y uno podía oler la muerte en el ambiente”, afirmó. Añadió que los disparos se detuvieron momentáneamente. Fue cuando notó que la policía estaba afuera. Las luces de las lámparas de los policías empezaron a apuntar hacia el club, dijo, y los agentes les dijeron a todos que permanecieran en el piso. Marrero señaló que Mateen se tiró entre los cuerpos por un tiempo a fin de que la policía no pudiera identificarlo. Luego, Mateen disparó contra Marrero, impactándolo en la espalda baja y el brazo izquierdo. “Sólo permanecí tirado y la sangre salía de mi mano, y mi brazo estaba destrozado”, recordó. “La cantidad de dolor era insoportable”. Al día siguiente, Marrero vio la fotografía de Mateen e inmediatamente lo reconoció. “Me dije ‘este sujeto estaba justo a mi lado comprando una bebida’”.