Entrevista a Gisella Orjeda. Expresidenta del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec), investigadora de la Universidad Cayetano Heredia, formada como bióloga en la Universidad Nacional Agraria la Molina, con especialización en la Universidad de Birmingham. ,Formada en la Universidad Agraria de la Molina y con un doctorado en la Biological School of Sciences de la Universidad de Birmingham (Reino Unido), Gisella Orjeda es sin duda una de las más eminentes científicas peruanas y su nombramiento al frente de Concytec, hace casi cinco años, fue saludado por la comunidad científica nacional. Sin embargo, hace unos meses, comenzó una campaña de acusaciones en su contra y, faltando tres meses para que terminara su gestión, renunció. En esta entrevista, realizada en medio de la entrega de su cargo a su sucesora interina, abordamos las razones de esa renuncia, su visión de lo que debe ser la investigación científica y tecnológica en el país y, sobre todo, del papel fundamental de las universidades en ese proceso. PUEDES VER: Anatomía de un país mestizo ¿Ha sentido alguna vez que ser mujer haya gravitado en su carrera de científica? La verdad es que nunca, hasta hace poco, he sentido ninguna diferencia. Yo soy la mayor de tres hermanas y mis padres jamás me hicieron sentir que había una diferencia. Ellos simplemente decían: ¿Quieres hacer esto o lo otro? ¡Hazlo! ¿Y en la comunidad científica lo sintió de alguna manera? De estudiante, no. Tampoco lo sentí en mi vida profesional, digamos, subalterna. Tuve un gran profesor japonés (Masaru Iwanaga), que fue mi mentor. Cuando trabajaba con él, yo tenía personal de campo y laboratorio a mi cargo, que eran hombres, y nunca siquiera se me ocurrió que alguien podía no obedecerme porque fuera mujer. Sin embargo, aún en nuestro país las mujeres no tienen las mismas oportunidades para participar en ciencia… Te voy a decir cuando sí lo he sentido: ya estando en Concytec. No en mi trato con las personas allí, sino, y nunca lo he mencionado, en mi participación en consejos directivos. No sé si sabes lo que es el mansplaining –neologismo inglés que une las palabras “hombre” y “explicar”). Ellos hablan y explican. Y tú das tu opinión, no la escuchan, y luego dan tu opinión como si fuera la suya. Eso sí lo he percibido… Uvas, papa, melón, arroz… ¿Por qué le atrajo tanto la genética botánica? Es súper simple. En primer lugar, mi actividad científica responde a una pregunta mía que es: ¿Cómo llegué aquí? ¿Cómo podemos hablar, pensar, comunicarnos? ¿Por qué siento o pienso así? Para mí, las respuestas están en la evolución y el ADN. Y me preguntas por qué las plantas… Bueno, no me gusta estar limpiando los bioterios de los animales. Además, a las plantas las puedes cortar. No gritan. No tienes que pasar por comités de ética. Cruzas una planta mamá con una planta papá y puedes tener tres mil semillas. Es mucho más rápido y, además, las plantas son mucho más complejas que los animales… ¿Más complejas? Uno pensaría que es al revés… Lo pensaría, pero, si te das cuenta, las plantas no comen, sino que transforman la energía del sol y los minerales de la tierra para hacer su alimento, y todo ese proceso es muchísimo más complejo. Y puedes estudiar todos los fenómenos en las plantas. Y finalmente es mucho más bonito entrar a un invernadero en el campo que entrar a un bioterio y cortar ratas. Ha dicho alguna vez que en un momento de su vida decidió que su objetivo era causar un impacto en su país. ¿Lo ha logrado? Esa es una historia larga. Yo tendría 24 años y mi profesor japonés me llamó un día a su oficina y me dijo: Gisella, ¿qué quieres hacer cuando tengas 50? Yo no le pude contestar. Me deprimí como una semana y finalmente encontré que lo que yo quería era tener impacto en mi país a través de lo que hago. Y, en realidad, los científicos somos eso: personas que quieren tener un impacto en su comunidad o en el mundo… ¿De qué manera cree haberlo logrado? Creo que he contribuido al conocimiento universal de algunas maneras, con algunas investigaciones que he hecho, por ejemplo, sobre el genoma de la papa. En el Perú, he contribuido también guiando a jóvenes que han trabajado conmigo y que hoy día se encuentran haciendo su doctorado en las mejores universidades en el mundo. Usted es una científica repatriada, por un programa de la Cayetano Heredia, y como jefa de Concytec ha tenido que tocar el tema de la fuga de talentos… Eso es todo un proceso. Mi trabajo en Francia, inicialmente no era en un laboratorio. Mi trabajo inicial fue de coordinación de un programa mundial que me permitió conocer cómo era la investigación en 37 lugares en el mundo. Y yo ya fui con un plan. Desde que mi profesor japonés me llamó, yo ya tuve mi plan hasta los ochenta años. Y mi plan era conocer cómo se hace la investigación en el mundo para luego aplicarlo acá. ¿Y llegar a Concytec estaba en ese plan? El mecanismo es el siguiente: en cada disyuntiva que se te abre en un momento determinado, tienes que tomar el camino que te acerca a tu objetivo. Yo nunca me imaginé Concytec. Yo no he luchado por entrar al Concytec. Cuando Cayetano me plantea la posibilidad de volver al Perú, ¿qué disyuntiva tenía? ¿Quedarme en Francia feliz, con mis amigos, en un súper laboratorio, con un súper jefe, mi auto y mi departamento, o venir al Perú y tener impacto? Entonces, opto por esto. Cada decisión de mi vida ha estado orientada por eso. ¿Y estar en Concytec le ha acercado a su plan de alguna manera? En realidad, cuando el presidente Humala me invitó a ser presidenta de Concytec, yo le dije que no dos veces y a la tercera ya le dije que sí. Y fue porque mis estudiantes, los que trabajaban conmigo, estaban terminando sus tesis y no los podía abandonar. Pero ya ahí comencé a estar atenta a lo que pasaba con la política científica en el Perú y veía que no ocurría nada, que no había aumento de presupuesto, que no se hacía nada en realidad. Por eso acepté. Si tuviera que elegir un solo logro que deje una huella suya en el Concytec, ¿cuál sería? Haber publicado y hecho aprobar la política nacional de ciencia, tecnología e innovación. Ese es un logro enorme, porque la política marca la visión y marca el camino. Y es un logro porque ha sido hecha, uno, en base a evidencia, haciendo todo un diagnóstico de la realidad nacional, viendo cómo lo hacen países similares al Perú y, luego, esa propuesta elaborada por el personal de Concytec, ha sido socializada con la industria, con académicos, con ministerios, con gobiernos regionales. Usted ha expresado su preocupación de que se flexibilicen demasiado los permisos a las universidades. ¿Por qué le preocupa tanto? El trabajo de Concytec es un trabajo transversal. La ciencia está en todo. Y la calidad de las universidades está en estrecha relación con las capacidades de su cuerpo académico. Es decir, los profesores y los estudiantes. Y el rol principal de una universidad es producir conocimiento. El otro es formar personas con alta especialización. Y el otro, trasladar ese conocimiento y ese saber hacer a la sociedad. Esas tres cosas dependen de ese corpus y esa es la esencia de todas las universidades en el mundo. ¿La flexibilización de qué manera afectaría esa esencia? Me parece que no hay una comprensión clara de qué es lo que da la calidad a una universidad. A mí me preocupa cómo salen los estudiantes de la universidad, no que tengan un diploma o a dónde vayan, sino con qué habilidades salen, porque ese estudiante es el que te va a operar, el que va a hacer los planos y calcular la resistencia de las paredes de tu casa para que no se caigan en un terremoto grado ocho, el que va a hacer los puentes encima del río Rímac, el que va a planificar el tráfico en Lima. Vuelvo a mi pregunta, ¿cómo afecta eso la flexibilización de las universidades? ¿Cómo consigues eso…? Siendo, uno, exigente en los exámenes de ingreso a la universidad. Segundo, teniendo profesores de un nivel de adecuado y excelente. Si no los tienes, no vas a lograr lo que queremos para el estudiante… ¿Eso es lo que está en riesgo? Yo pienso que sí. Hoy fue la presentación del censo nacional de investigación y desarrollo y hay algunos resultados muy interesantes. Por ejemplo, las universidades nacionales con fines de lucro -son ellas las que han contestado- son las que gastan menos en investigación y desarrollo y, al mismo tiempo, dicen que su principal problema para hacer investigación y desarrollo es la falta de recursos económicos. Eso no lo entiendo. A usted la han acusado de estar en el sector estatista que se opone a la inversión privada… Para nada. Yo no me opongo a la inversión privada de ninguna manera. Pero sí soy exigente en cuanto a cómo debe ser la calidad de una universidad. De otro lado le dirán que esto implica que menos gente va a acceder a la universidad… Sí, pero entonces tenemos que crear otras vías, que no son menos buenas y que además el Perú necesita a gritos. Yo creo que tenemos que rescatar el rol de los técnicos en el Perú. Aquí se menosprecia a los técnicos y eso me parece pésimo. ¿O sea en lugar de crear más universidades crear más institutos técnicos? Sí, pero de buena calidad. Hay que revalorar a los técnicos en el Perú. Yo no entiendo por qué los jóvenes creen que ser técnico es ser menos. Bueno, sí entiendo por qué lo creen: porque la sociedad cree que es menos. Pero es fantástico ser un excelente técnico. Su renuncia a Concytec se da a pocos meses de que termine su gestión, ¿podría ensayar una explicación? No tengo yo la respuesta. Habría que preguntarle a las personas que se han quejado de mí. ¿Pero esas quejas son las que han motivado su renuncia? No creo que haya nada más. ¿Y de alguna manera se podría decir que, más allá de lo que hizo, fue con quiénes chocó? Probablemente. ¿Y sería con los intereses de las universidades con fines de lucro? Podría ser. Y eso que me he modulado, eh. O sea, en estos cinco años, me he suavizado. Estas universidades siempre se han manejado en afinidad con el fujimorismo. ¿De alguna manera eso también ha pesado? Creo que se han juntado diferentes factores. Ahora felizmente soy libre de dar mi opinión y dar mi opinión no es ninguna amenaza. Y yo sí lamento que no se tenga una mayor decisión sobre la aplicación de la ley universitaria en las universidades. Lamento que se desconozca cómo tiene que ser una universidad y qué es lo que tiene que hacer una universidad para servir al Perú. Se dice que detrás de estas universidades privadas con fines de lucro hay grandes intereses políticos y económicos… Es evidente, ¿no? En la comisión de Educación, en el Congreso, hay muchos congresistas ligados a universidades y cuyas campañas probablemente hayan sido financiadas por estas. Pero no me he dedicado a averiguar eso. Es una hipótesis mía. Pero ligados están. Usted ha dicho que un científico que sale por un tiempo de un laboratorio de investigación está acabado. Ah, sí, yo estoy condenada… (risas) ¿Cuáles son sus proyectos futuros si ya no están ligados a la investigación? En lo inmediato, terminar mi entrega de cargo correctamente. Disfrutar de mi nieta. Yo soy profesora nombrada en la Universidad Cayetano Heredia y solicité ya mi reincorporación a la universidad y estoy a disposición del decano, de la rectora y vice rectores para apoyar en lo que se necesite. De los otros proyectos todavía no puedo hablar. Usted ha dicho que, a partir de los 24, su vida ha sido parte de un plan. ¿Cómo encaja lo ocurrido en ese plan? Un ejemplo: tú te casas y te divorcias, pero igual tú tienes tu plan. Hay cosas que ocurren en el camino. Es parte de la vida. ¿Qué etapas de ese plan faltan? No, ya tengo todo. Ya hice todo lo que yo quería hacer. Ahora solamente me queda divertirme.