Lambayeque, Piura y Tumbes están en emergencia. Las fuertes lluvias han dejado muerte y damnificados en el norte del país. Los afectados cuentan cómo se vive en medio del agua. No tienen dónde dormir, han perdido sus viviendas y en muchos casos no tienen qué comer. Estos son sus testimonios.,Historias bajo el agua ,Historias bajo el agua ,Historias bajo el agua ,Historias bajo el agua ,Deben lavar sus platos con la misma agua que destruyó sus viviendas. La lluvia los tomó por sorpresa. Los vecinos del centro poblado Miraflores El Marqués viven en medio de los ríos secos Salas y Zurita, en Lambayeque. En ese lugar, hay veinticinco viviendas destruidas y cien familias abandonadas. Aquel centro poblado del distrito de Jayanca tiene poco más de veinte años y ya está en peligro de desaparecer. Alciades Ruiz, de 79 años, vive hace quince en Miraflores. Las cuatro paredes de adobe de su casa se vinieron abajo. Las maderas y calaminas no fueron suficientes para soportar las ocho horas de intensas lluvias. En el lodo, su hijo Régulo intenta limpiar el catre de una vieja cama. "No tenemos dónde dormir. Esta cama podemos lavarla y todavía nos sirve". PUEDES VER: Adrenalina en Paracas A las 6:30 de la tarde del miércoles, cuando la lluvia empezó a caer, la esposa de Alciades, María Vega, sabía que la oscuridad de las nubes no era una buena señal. "Y cuando hace bastante sol varios días, sabemos que va a llover”. En Miraflores no pueden botar el agua: no hay dónde. Todo se acumula en un mismo espacio. Mario Olivera cuenta que durante la lluvia construyó un pequeño muro de arena en la puerta de su casa, pero el desborde del río Zurita acabó con su muralla. “Lo primero que hice fue llevar a mi familia a la Iglesia a ciegas porque no había luz. La lluvia vino con fuerza y el río no perdona". El norte del país está en emergencia por las constantes precipitaciones. El viernes pasado, la evaluación preliminar del Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) de Lambayeque reportó dos fallecidos, 50 mil personas afectadas, 24 mil 600 damnificadas y más de 11 mil 400 viviendas dañadas. Entre los distritos más perjudicados están Ferreñafe, José Leonardo Ortiz e Íllimo. Las lluvias han durado hasta catorce horas. El mismo viernes, el Gobierno oficializó la declaratoria de Estado de Emergencia en Tumbes, Piura y Lambayeque por sesenta días a causa de los desastres provocados por las fuertes lluvias. Ese día, el Comité Multisectorial Encargado del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (Enfen) también concluyó que existen las condiciones para El Niño costero, un evento débil durante este verano. En medio de estos anuncios, en Tumbes se desbordó el río Zarumilla. Hasta el viernes, se registraron más de 500 familias afectadas; la mayoría de los distritos de La Cruz, Puerto Pizarro y Tumbes. El 40% no cuenta con energía eléctrica. En la zona norte, las lluvias de fuerte intensidad aparecieron el martes 31 de enero. Aquel día, en el distrito de La Cruz, se reportaron precipitaciones que alcanzaron los 70.2 mm (70 litros de agua por metro cuadrado), según los reportes del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi). Testimonios del norte Un muro de adobe cayó sobre la sobrina de Régulo, en Miraflores. Era de madrugada y no pudieron llevarla a tiempo a un centro de salud. La pequeña resultó con una fractura de clavícula. Camina con dificultad. No tienen agua a su disposición. La noria que abastecía la comunidad colapsó tras el desborde. Estos últimos días, la comisaría de Jayanca ha llevado agua y alimentos a los cerca de 500 pobladores. "La única presencia del Estado es la Policía. No importa que seamos de Chota o Cutervo, no nos dejen de apoyar", le dice Régulo al comisario Ronald Raymondi. En Pacora, otro de los distritos más afectados de Lambayeque, Sonia Martínez Cortés, una mujer de ojos caídos, pero de mirada apasible, observa a sus 105 años cómo la casa en la que ha vivido se derrumba de a pocos. "Ya se viene encima la casa, hijita", le susurró a su nieta durante la lluvia. En Chiclayo, en el paradero para viajar a Pacora, Jayanca o Motupe todo luce diferente. Una extraña mezcla entre sosiego y colapso en medio del agua. Un policía dirige el tránsito con botas. Los transeúntes cruzan la pista con los pies cubiertos por bolsas plásticas. El transporte público es limitado, las motos y taxis cobran el doble. El sol ataca. En Piura, la lluvia también trajo muerte: un niño de dos años murió ahogado y otro muchacho de 16 años falleció luego de que una pared le cayera encima. El viernes último se reportó más de 52 mil familias afectadas, 418 damnificadas y 18 mil viviendas dañadas. El 70% de desagüe colapsado, 75 kilómetros de carretera deteriorados y distritos como Paita sin servicio de energía eléctrica. Este año, la provincia del mismo nombre tiene una nueva marca. Las temperaturas superficiales del mar de la zona norte del país, frente a localidades como Paita, son las más altas registradas en las últimas semanas de enero desde 1998. En tanto, los pobladores de los distritos de la sierra de Piura como Santo Domingo, Chalaco, Pacaipampa, Santa Catalina de Mossa, Yamango, Morropón, que pertenecen a las provincias de Morropón; así como el distrito de Frías, ubicado en Ayabaca, quedaron aislados debido a la crecida de acequias, quebradas y ríos. Mariela Inga Ramos, de 31 años, no tiene cama, ropa, ni casa. Está en la calle junto a su esposo y sus tres hijos. "Estamos haciendo olla común con los vecinos". No sabe qué comerá el resto de días. Tampoco sabe dónde va a dormir. Cristhian Navarro, 35 años, en cambio decidió no dormir. Quiere salvar sus pertenencias en medio de los escombros. El vecino del asentamiento humano Almirante Grau, del distrito de Castillo, pide ayuda para reconstruir su vivienda colapsada luego de la reactivación de la quebrada El Gallo. Las causas En verano sí llueve en el norte. Pero así no. El coordinador del Enfen, Dimitri Gutiérrez, explica que la causa principal de estos eventos es el calentamiento del mar. Su temperatura ha superado los 26 grados y eso genera "precipitaciones de gran violencia". Ello ha llevado a plantear un estado de alerta: las condiciones son favorables para el desarrollo del fenómeno El Niño costero este verano. "O bien El Niño ya está presente, o su desarrollo es inminente". "El Niño costero es un evento frente a la costa norte del Perú. Eso no quiere decir que el impacto se circunscriba solo en el norte. La temperatura superficial del mar está aumentando a lo largo de la costa". La temperatura del mar aumenta en verano. Pero este año, dicho incremento inusual responde al debilitamiento de los vientos: la poca fuerza impide la mezcla del agua superficial (expuesta a la radiación solar) y la profunda (la más fría). El experto en meteorología, Abraham Levy, precisa que los eventos ocurridos en el norte y en Lima sí están vinculados. "Las condiciones climáticas son húmedas en la costa norte y en la parte baja de los Andes, por eso se han producido huaicos en los últimos días". "Hace poco veíamos la sequía, ahora vemos las inundaciones". Emérito Cruchaga, titular de la Dirección Desconcentrada de La Libertad comenta que este año las lluvias superaron las de 2016 cuando estaban "más preparados". En esa región hay 135 familias afectadas. En el centro poblado de Sausal, provincia de Ascope, las familias recuerdan cómo corrían de un lado a otro. "Ahora tenemos que ser fuertes". El operador de la Dirección Desconcentrada de Lambayeque de Defensa Civil dice que en una hora recibe unas 200 llamadas de gente desesperada. Los vecinos de Chiclayo han salido a las calles, con el agua hasta las rodillas, a pedir intervención de las autoridades. El jueves pasado, en el distrito de Jayanca, las lluvias alcanzaron los 120 mm. Allí están los pedidos de los vecinos de Miraflores, sumergidos en el agua.