Cada vez son más Estados que son conscientes de que, a lo largo de la historia, el acoso sexual callejero, considerado una modalidad más de violencia contra la mujer, ha sido normalizado bajo la excusa de ser “piropos” o “halagos”. Por ello, los gobiernos han venido elaborando políticas públicas para erradicarlo.
Perú fue pionero en América Latina en tipificar el acoso sexual callejero como un delito, mientras que Costa Rica, recientemente, ha sido el último en unirse a los países latinoamericanos que cuentan con una legislación contra este modo de violencia de género.
En una entrevista con La República, Suiry Sobrino, periodista especialista en género y espacios públicos, definió el acoso sexual callejero.
‘‘El acoso sexual callejero es toda manifestación de violencia en el espacio público generalmente hecha por personas que no se conocen entre sí y que pueden ir desde la menos hasta más invasiva; desde silbidos o sonidos de besos hasta tocamientos no consentidos o masturbación pública’‘, explicó.
En el Perú, el acoso sexual callejero se considera como delito desde 2018, a través del Decreto Legislativo 1410, pero cuenta con una legislación que da lineamientos a las instituciones públicas desde 2015.
Desde hace cuatro años, en Buenos Aires existen leyes contra el acoso callejero, el cual es penalizado mediante trabajos para la comunidad, multas y hasta cinco días de arresto. La norma contempla comentarios sexuales, fotografías y grabaciones hechas sin consentimiento, contacto físico indebido y sin consentimiento, persecución o arrinconamiento, masturbación en público, exhibicionismo o gestos obscenos.
Asimismo, se decretó en abril de 2018 una ley nacional en Argentina para erradicar este tipo de violencia contra la mujer.
En junio de 2019, en Chile se aprobó una ley para sancionar el acoso sexual callejero. A su vez, activistas feministas crearon el Observatorio contra el Acoso Callejero, y en Santiago de Chile está el plan ‘Quiero mi barrio', que trabaja para el mejoramiento urbano e impulsa la participación ciudadana.
En Brasil, en 2018 se tipificó el delito de acoso callejero o importuno sexual, que sanciona el acoso sexual en lugares públicos. Además, la normativa indica que la pena es mayor cuando divulgan material audiovisual con escenas íntimas, con condenas que van entre uno y cinco años de prisión.
Diversas son las medidas que se han implementado en Colombia para contrarrestar el acoso sexual callejero contra las mujeres. Por ejemplo, en 2008, mediante la Ley 1257 se dispuso penas de entre uno y tres años de prisión por cometer algún tipo de conducta que “persiga, hostigue o asedie física o verbalmente con fines sexuales no consentidos”.
En este país se propuso un proyecto de ley que buscaba multar a quien cometa acoso callejero, y cárcel si fuera en contra de una niña o adolescente. Solo en la capital de Guatemala existe una estrategia municipal para prevenir y responder al acoso sexual, así como una flota especial de transporte para mujeres en horas pico.
Uruguay aprobó la Ley N°19.580 de violencia hacia las mujeres basada en género, en la que se incluye el acoso callejero como un tipo de agresión sexual.