La hamburguesa tradicional es un platillo representativo en todo el mundo, conocido por su simplicidad. Este tipo de hamburguesa generalmente incluye un pan suave, carne molida cocida a fuego medio, y una selección de ingredientes como lechuga, tomate, queso y salsas. Su capacidad de adaptación la ha convertido en un alimento favorito, que se ajusta fácilmente a los gustos de cada lugar y comunidad.
Por otro lado, la hamburguesa smash, también conocida como smash burger, se distingue por su método único de preparación. Entre sus múltiples características, resalta la diferencia con las hamburguesas tradicionales, para brindar un sabor y una textura que han conquistado paladares a nivel mundial. Pero, ¿de qué se trata exactamente?
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La smash burger o hamburguesa smash, cuyo nombre en español se traduce como "hamburguesa aplastada", es un tipo de hamburguesa originaria de Estados Unidos que se distingue por su método de cocción único. En lugar de utilizar un filete grueso, como en la hamburguesa tradicional, se prepara a partir de una bola de carne que se coloca sobre una plancha caliente y se aplasta hasta obtener un disco delgado.
Este proceso permite que la carne forme una capa crujiente por fuera, mientras conserva su jugosidad interna, lo cual se logra gracias a la ‘reacción de Maillard’, un fenómeno químico que carameliza las proteínas y azúcares de la carne, lo que crea un sabor dorado y tostado.
Comúnmente elaborada con carne de res, la smash burger se sirve entre dos panes de hamburguesa, generalmente acompañada de ingredientes sencillos como pepinillos, cebolla, queso, ketchup y mostaza.
Este estilo de hamburguesa se enfoca en resaltar el sabor de la carne aplastada, en lugar de seguir las tendencias de las hamburguesas gourmet, lo que la convierte en una opción más simple, pero llena de sabor.
La técnica de cocción marca la principal diferencia entre estos dos estilos. Mientras que la hamburguesa tradicional se cocina a fuego medio sin ser prensada, la smash burger se aplasta durante la cocción, lo que permite que el calor directo forme una capa dorada y crujiente.
Además, su tamaño más delgado permite una cocción uniforme y rápida, lo que resulta en un sabor característico que la distingue de la opción tradicional.
El proceso para hacer una smash burger comienza con carne molida que contenga al menos un 20% de grasa para garantizar jugosidad. Luego, se coloca la carne en una plancha precalentada y se presiona firmemente con una espátula hasta que quede plana. Es esencial cocinar la carne sin moverla, para que se dore correctamente.
Finalmente, se sirve en un pan de hamburguesa acompañado de los ingredientes preferidos. Este método simple, pero efectivo, asegura un resultado crujiente por fuera y tierno por dentro.