En el día de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, la atención no solo se centra en la campaña de Donald Trump, sino también en quiénes podrían formar parte de su administración si regresa a la Casa Blanca. La posible alineación de su Gabinete incluye figuras conocidas y leales de su primer mandato, además de nuevos actores que podrían transformar las políticas nacionales e internacionales del país.
Desde líderes con experiencia en defensa y relaciones exteriores hasta magnates de la tecnología, Trump parece estar configurando un equipo que refleja su visión política. Con las elecciones en Estados Unidos de 2024 generando gran expectativa, las decisiones sobre estos colaboradores se perfilan como uno de los aspectos más influyentes tanto para sus seguidores como para sus críticos. Aquí analizamos los posibles nombres y sus roles clave.
Mike Pompeo, exsecretario de Estado y exdirector de la CIA, es uno de los principales candidatos que Donald Trump considera para secretario de Defensa. Durante el primer mandato, Pompeo se destacó por su firme apoyo a Israel y sus políticas de línea dura hacia adversarios como Irán. En el contexto de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, su nombre resurge como un posible defensor de la estrategia de seguridad de Trump.
En un reciente mitin en Pensilvania, Pompeo apareció junto a Donald Trump, manifestando su respaldo inquebrantable. Su postura hacia Ucrania también es notable, ya que coescribió un plan para aplicar sanciones severas a Rusia y proporcionar apoyo militar. Si bien se consideran otros candidatos, Pompeo sigue siendo una figura clave en el círculo de Trump.
Pompeo fue secretario de Estado de los Estados Unidos durante la administración de Trump entre 2018 y 2021. Foto: CNN
Richard Grenell, exdirector interino de la Inteligencia Nacional y exembajador en Alemania, se perfila como un asesor influyente en una posible administración Trump. Durante las elecciones USA 2020, Grenell fue una de las voces más destacadas en las acusaciones de fraude electoral, lo que consolidó su posición como un aliado de gran peso.
Este año, Grenell ha estado involucrado en la política internacional, viajando a Guatemala para apoyar esfuerzos políticos de la derecha. Trump lo considera un posible secretario de Estado, y su experiencia en relaciones exteriores lo convierte en una figura atractiva para los seguidores de las políticas conservadoras.
El coronel retirado Mike Waltz, defensor de Trump en los medios, es otro nombre que suena fuerte para secretario de Defensa o de Estado. Las elecciones en Estados Unidos 2024 han destacado su apoyo a la postura de Trump sobre la protección de las fronteras estadounidenses, priorizándola sobre conflictos internacionales, como el de Ucrania.
Waltz ha sido claro en sus opiniones, argumentando que Estados Unidos debe reforzar su seguridad interna. Su experiencia militar y su presencia constante en debates políticos podrían darle un papel clave en un segundo mandato de Trump, algo que sus seguidores consideran esencial para la política de defensa.
Robert F. Kennedy Jr., conocido por sus posturas controvertidas, especialmente su oposición a las vacunas, ha sido considerado por Trump para un rol destacado en temas de salud. Aunque en el pasado fue un rival político, ahora se le ve como un posible aliado, y Trump mencionó recientemente que Kennedy podría “hacer lo que quisiera” en el sector de salud de las mujeres.
No obstante, altos funcionarios de la campaña han desestimado su participación formal. A pesar de ello, Kennedy sigue en conversaciones con Trump, y su influencia en una futura administración continúa siendo tema de debate, especialmente en políticas de salud y seguridad pública.
Howard Lutnick, destacado ejecutivo financiero, ha recaudado más de 75 millones de dólares para la campaña de Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Su lealtad a la causa proisraelí y su influencia en Wall Street lo posicionan como un posible secretario del Tesoro. Actualmente, Lutnick supervisa el equipo de transición de Trump, una tarea crucial de cara a una posible victoria en las elecciones en Estados Unidos .
El ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre reforzó su compromiso con la campaña, aumentando su participación activa. Trump lo considera esencial para gestionar las finanzas del Gobierno, especialmente en un momento en que las relaciones internacionales y la economía son prioritarias.
Robert Lighthizer, exrepresentante de Comercio de EE. UU., fue uno de los arquitectos de las políticas comerciales nacionalistas de Trump. Con su enfoque en aranceles y proteccionismo, ha mantenido una relación cercana con el expresidente y podría desempeñar un papel clave como secretario del Tesoro. En el contexto de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, Lighthizer podría ser crucial en la estrategia económica de Trump.
Su experiencia y apoyo a políticas como la renegociación de acuerdos comerciales lo hacen un candidato ideal. Las especulaciones sobre su regreso se centran en cómo podría transformar las políticas económicas de Estados Unidos, enfocándose en la autosuficiencia y en la defensa del comercio interno.
Elon Musk ha sido un partidario poco ortodoxo de Trump, proponiendo ideas para la eficiencia gubernamental. Aunque Trump ha aclarado que Musk no tendrá un cargo formal, ambos han discutido posibles colaboraciones. Musk ha sugerido la creación de un Departamento de Eficiencia Gubernamental, lo que podría tener un impacto significativo en la gestión del gasto público.
Howard Lutnick mencionó que Musk podría trabajar “adyacente” al Gobierno, desarrollando software para mejorar las operaciones estatales. Con su peso en la industria tecnológica y financiera, el papel de Musk sigue siendo incierto, pero intrigante para quienes siguen las elecciones en Estados Unidos y esperan un cambio radical en la administración.